XVII: Obsesión

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"Obsesión"

Antonella

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Antonella

¿Quien ha dicho que la maternidad era perfecta?

Maldigo a todo el planeta tierra, sobre todo a quien dijo que ser mamá es lo más lindo en el mundo.
Mis ojeras están por el suelo, las lágrimas caen sin detenerse por mis mejillas mientras muevo el cuerpo de la niña lentamente. Ella no deja de llorar siquiera un minuto, su rostro se ve rojo y lleno de lagrimas saladas que desatan las mías.

Miro la hora en el reloj, las cuatro de la madrugada. Desde hace horas estoy aquí.

Pero Niall no, no está aquí.

Más bien no sé donde carajos está.

Cuando él entra por la puerta, nuestros ojos se encuentran por unos segundos. Lleva todo su
traje desarreglado y mucho olor a alcohol.

—¿Dónde estabas?

Él no me responde, solo deja sus cigarrillos en la mesita y comienza a quitarse el traje.

—No me interesa pelear.— Murmura serio mientras se quita los zapatos.

La niña aún no deja de llorar.

—¿Dormirás aquí?— Pregunto de mala manera.

Niall vuelve a ignorarme.

Entiendo que puede estar enojado,  no lo traté amablemente  llegó de su oficina a las tres de la madrugada y la niña estaba envuelta en llantos. Luego de eso, él se fue y ahora es cuando llega. Borracho seguramente y enojado.

Esto no me gusta, para nada.

—Damela.— Se acerca a la niña.

—No si tienes esa fragancia espantosa. — me rehuso.

Pero Niall actúa de otra manera, toma la niña de mis brazos y la carga él. Por unos minutos se mueve por la habitación meciendo su cuerpo de un lado a otro, la niña comienza a calmar sus sollozos luego de unos largos minutos. Niall la deja sobre su hombro, ella se acurruca en el cuello de su padre y al fin calma los llantos.

Suspiro cansada.

No entiendo como él logró en diez minutos lo que no pude hacer en una hora y treinta minutos. Soy una pésima madre.

Seco las lágrimas en mis mejillas y me quito el abrigo de pijama para meterme entre las sábanas.

El doctor nos explicó que la fiebre podía bajar y volver a subir unos minutos. Ya quiero que este dolor se le pase, odio verla llorar.

Niall la deja sobre su cuna cuidadosamente cuando logra hacerla dormir, la tapa con sus mantas y deja un beso en su frente.

—Te amo, preciosa. — Le susurra.

𝐌𝐈𝐀 © [𝟐] [N.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora