En mi cabeza dió vueltas la frase, esa que un completo desconocido dijo, probablemente sin pensar, "no eres como las demás que he conocido de esa universidad". ¿Me conoce? ¿De qué habla? ¿Cómo son las demás?
Mis latidos iban tan rápido y estoy segura de que el golpeteo era tan fuerte que mi hermana en su habitación podría oírlos.
¿Acaso todos los hombres son imbéciles o tengo imán hacia ellos?
Una mueca de asco apareció en mi semblante; mis latidos ya me estaban aturdiendo. Noté mi respiración pesada y una ligera capa de sudor en las palmas; genial.
Un ataque de ansiedad por una simple frase. ¿Es que ahora cualquier estupidez dicha por un hombre me dispararía la ansiedad?
Traté de no hacerme más ideas.
"¿A que te refieres con que no soy igual?"
Quizás se refiere a que no me veo presuntuosa, no tengo una belleza despampanante y que no me importa hablar con quien me escriba. Si solo viera mis muecas de asco después de leer sus mensajes, ¿Cree que es chistoso? ¿Carismático? ¿Coqueto? Una respuesta más, dónde mi pulso no se estabilice y corto comunicación, estoy perdiendo la paciencia.
"Pues que no eres una chica tan cliché"
¿Qué no soy cliché? Esa universidad tiene cientos de alumnos por no poder decir con exactitud que son miles, ¿Y pretende que no habrá por lo menos otras 20 mujeres que son cliché?
Crecí leyendo la mayoría de los clichés, crecí esperando ser uno. Crecí y me volví tan analítica que si me pusiera a enumerar todos los clichés que me definen esto se volvería más extenso que toda la serie de cazadores de sombras, sí, la de los 80 libros. Ahora se me entumecían las manos; doblemente genial.
Me estaba enfureciendo demasiado, ¿El enojo también llegaba al grado de desatar un ataque de ansiedad? Habría que consultarlo con la psicóloga en otro momento.
Detesto que la gente en esta red social asuma que te conoce con intercambiar dos mensajes, ¿Qué les pasaba?
Siempre quise ser un cliché y cuando descubrí mis súper poderes de tener más de uno... ¿Viene un imbécil a decir que no lo soy?
Corté la comunicación sin ganas de decirle nada más. Incluso ser selectiva con los hombres que escribo o me relaciono me vuelve cliché, inevitablemente me encontré volteando los ojos con molestia. Ni siquiera valía la pena que mis emociones se estuvieran desbordando a este grado. Empecé a respirar de forma pausada, inhalar y exhalar, abrir y cerrar las manos. El oxígeno debía volver a mi sangre y mi sangre debía volver a circular con regularidad por mi cuerpo.
Volteé a un lado, mi gata dormía plácidamente sobre mi almohada. Sonreí en medio de la intervención (que yo misma debí darme) para controlar la ansiedad al momento que noté que ella y yo teníamos mucho en común, solo detectar a un macho cerca nos crispaba los nervios y nos poníamos de malas.
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Historias cortas y otras no tanto
Poezja"Historias cortas y otras no tanto" es el título ideal para la antología que estás por leer, ya que en cada sección de esta obra es un mundo distinto a los demás. Encontrarás poemas, relatos eróticos, cuentos cortos, y textos varios.