Peter está realmente enfermo de amor por ti, y es la clase de persona complaciente que va a ir tan lejos como quieras para conseguir su objetivo, o al menos un poco de tu atención, ¿no es adorable?, en forma de pequeños relatos, ¡podrán disfrutar de...
Un nuevo día se presenta por la luz de tu ventada dándote presumiblemente en toda la cara, cuando finalmente despiertas te levantas de inmediato movida por la paranoia al recordar un poco de lo ocurrido anoche, vez algo que deja volar tu imaginación, tu ventana abierta. Te apresuras a cerrarla, pero casi a la par decides curiosear a través, las cosas parecen ir casi exactamente como en el comienzo de tu bizarra historia, después de apegarte a la ventana lo suficiente como para ver el vapor en el vidrio, te separas para visualizar tu cuarto, todos los componentes del desastre yacen en su lugar, suspiras y te sientas en la cama, dándote el momento de lenta vuelta a la realidad que te saltaste hace un rato, dejándote un leve dolor de cabeza que se va de a poco.
Logras tener un momento de paz y silencio de unos cinco minutos.
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Primer día ｃｏｍｐｌｅｔａｄｏ
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Te sobresaltas cuando la alarma que te grita para que vayas al trabajo hace su función, pero, además de eso y más importante, por el enorme cuadro de texto anti-climático que flota en tu cara tan extrañamente, sin pretender explicarte más de lo que ya indica de manera casi encriptada por la confusión que genera. Unos segundos después, tan repentinamente como llegó, simplemente se va, así, sin más.
—... ¡Qué carajo! —Estás en cierto nivel, ofendida
Escuchas forcejeos en la puerta antes de que esta se habrá con un "clic", vez a Peter del otro lado con un cuchillo de cocina en su mano que posteriormente guarda en su bolsillo y una expresión de confusión ante tu cara de desconcierto.
—Oh, así que aquí estabas —Cambia drásticamente a un semblante feliz —Perdón por no llamar antes, pero me tenías tan preocupado
—¡¿Qué mierda fue eso?! —Sueltas al aire, todo pasa muy rápido
—. . . ¿Qué fue que? —Gira su cabeza como un cachorro
Bien, está claro que "este" Peter no es el mismo de a noche, casi puedes sentir en el aire como parece más vulnerable que tú justo ahora, y eso es decir mucho. Suspiras
Te le acercas tan bruscamente que Peter retrocede unos paso y sus manos suben sobre su pecho de forma inconsciente, mostrando su nerviosismo. Te aproximas a la puerta principal, la cual también está abierta y apostarías a que Peter tiene que ver con eso también. Sales con pasos firmes, pero apenas dos cuartos después del tuyo, también encuentras que una de las puertas está abierta pero con la reconocible cinta amarilla policial atravesando pobremente la entrada en una sola línea, te detienes en seco y giras tu cuerpo lentamente contemplando el interior iluminado cual obra artística por la luz del sol. Ahí, sobre la alfombra azul real, puedes ver una mancha descolorida que le da al alfombrado un tono guinda extendida bajo un cuerpo inerte que te da la espalda, como si solo estuviera durmiendo en una posición inconveniente, un Peter que aunque desconocido para ti logra generarte un temblor de manos y un nudo en la garganta, tus ojos se quedan pegados a la imagen por lo que se siente como una eternidad, hasta que la puerta se cierra desde dentro formando un estruendo que te hace saltar y caer, quedándote ahora tirada en el suelo pero aun mirando la ahora puerta mientras respiras con fuerza por el susto.
Corriendo, el Peter de hace un rato se aproxima a ti, te ayuda a levantar y luego empieza a hablarte, aunque, por algún motivo, escuchas más el zumbido de tu oído que cualquier otra cosa. Antes de ser conducida de regreso a tu apartamento como si fueras un niño, das una lenta mirada al resto del pasillo mientras puedes, notando como más de la mitad de las puertas presentan la misma cinta amarilla y algunas pequeñas salpicaduras rojizas se extienden en las paredes sin un orden particular.
Tras el sonido de la puerta al cerrarse, Peter te hace sentar en el sofá mientras se dirige a la cocina con un semblante pacífico. Tu mirada ahora se apega a la alfombra
—Quiero una explicación, ahora
—Me parece justo, voy... voy a hacerte algo de beber, si te parece —Tomó tu silencio como aprobación
Conversaste con Peter por un buen rato, dándote cuenta de que no sabe nada más de lo que tú podrías, en realidad, está incluso más perdido. No recuerda nada a partir de entre las siete u ocho del día anterior, donde estaba, que hacía, que pensaba, nada; su memoria volvió hasta esta mañana, cuando despertó en la azotea del edificio vecino con la camisa arañada, y no es solo él, el resto de "personas" tampoco recuerdan nada de nada y despertaron en lugares mucho más raros como en las ventilaciones del edificio o desangrándose en la madrugada.
Es simplemente una locura lo suficientemente cruel como para que estés más en shock que con miedo. Respecto al mensaje de hace un rato, si se le puede llamar así, Peter tampoco tiene idea.
Así que, en conclusión, todo se volverá una masacre de autor desconocido cuando llegue la noche, nadie recordara lo que ocurrido mañana por la mañana además de ti y algo pasara en dos días, si es que llegas, claro, simple, ¿verdad?, en estos momentos ya ni siquiera te sorprende o parece relevante que toda la población haya sido remplazada con una dúplica de Peter, es más como una broma en la que tienes que ver constantemente a una persona que te importa ser masacrada tal vez incluso por tus propias manos, es... ¿Poético?.
—Oye, si estás nerviosa al respecto puedo quedarme contigo hasta que-
Interrumpes a Peter.
—No, definitivamente no
Parece decepcionado, pero solamente por un segundo.
—Oh, lo entiendo. Pero, ¿hay algo con lo que pueda ayudar? Creo que te lo debo después de irrumpir en tu departamento esta mañana—Sonríe mostrando sus dientes
Recuerdas como tu Peter usa mucho esa clase de "excusas" por un momento lo extrañas.
—... ¿Tienes licencia de porte de armas?
—Espera ¿qué? —Queda con la mirada en blanco
—Y si tu auto sigue en pie, ¿tal vez podrías darme un aventón hasta alguna ferretería? —Te levantas del sofá lista para comenzar.
—¿Qué... qué tienes en mente?
Lo miras sin realmente querer decirle —Vivir —Te le acercas, descaradamente metes la mano en el bolsillo donde tiene el cuchillo para sacarlo y dejarlo en la mesa de tu cocina, por si acaso—¿Entonces?
—¡Ah! Claro, Claro
Peter se levantó a trompicones, yendo detrás de ti y abriéndote la puerta con una notoria emoción que ya estaba haciéndote sentir mal, sabiendo que te estabas aprovechando de su amabilidad sin mayor pena. ¿Cuál es el plan?, pues hasta ahora, encerrarte en tu apartamento.
Una vez que suben a la camioneta de Peter, este se da cuenta de algo.
—Espera, ¿qué pasa con tu trabajo?
Casi te ríes al saber que está genuinamente preocupado por eso en estos momentos.
—Meh, tengo cosas más importantes
Los ojos de tu acompañante se tornan brillantes mientras te maldices por permitir tal confusión.
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Mi computador se apagó dos veces a causa del calor mientras escribía aunque solo tenía dos pestañas abiertas, así que si dejo de actualizar ya saben por qué.
