Peter está realmente enfermo de amor por ti, y es la clase de persona complaciente que va a ir tan lejos como quieras para conseguir su objetivo, o al menos un poco de tu atención, ¿no es adorable?, en forma de pequeños relatos, ¡podrán disfrutar de...
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—¿Crees que no puedas quedarme más tiempo? —Tu paciente te mira con ojos de cordero
—Lo lamento, pero ya sabes como es, te veré la siguiente sesión —Buscas sonar lo más amable posible
—... No creo que pueda esperar —Susurra más para sí mismo
Se acuesta decaído contra la mesa, como un niño al que se le niega un dulce, mientras tanto, te despides con el movimiento de tu mano, dedicándole una sonrisa.
El sonido de tus zapatos hace eco en el pasillo de paredes blanquecinas mientras te alejas de la "celda" de tu más reciente paciente, el más destacable, conocido, atemorizante y el primero que se te ha asignado en la zona roja por su peligro, 1104. Si, cada vez que recuerdas eso solo puedes estremecerte.
Era conocido por ser el más peligroso de todo el psiquiátrico, escapar sin dejar rastro con la suficiente habilidad como para atribuirle capacidades demoniacas y tener un nulo progreso, o eso se rumorea, claro.
No hace falta decir que diferías completamente de este villano de Marvel creado al rededor de tu paciente, sí, es cierto que no te dio la bienvenida más cálida al casi romperte el cuello tras darte una mordida digna de canibalismo, pero, estabas segura de que la fibra humana de 1104 seguía por ahí, que no era un caso perdido, que las agresiones tomadas contra él en son de venganza eran un abuso y que tú ibas a ayudarlo, aunque sea un poco, eso sí, sin acercarse mucho, no queremos una tragedia ¿verdad?.
En medio de tu recorrido de regreso a tu zona de trabajo para lo que pensabas sería una larga noche de papeleo, las luces comienzan a parpadear y de repente, comienzan a titilar en rojo, seguida de una voz femenina que alerta por los megáfonos de las instalaciones que ¡oh!, que coincidencia, tu paciente ha escapado, es sarcasmo, por cierto, te pusiste tan nerviosa estando tan cerca de la boca del lobo que tus piernas perdieron la fuerza antes de que comenzaras a correr lo más lejos posible. Suena más divertido de lo que realmente es, todos, incluyéndote, saben que Peter está algo "encariñado" contigo, tratándote con una dulzura que lo vuelve irreconocible, siendo, básicamente, la misma persona que tenía varios asesinatos a su cargo de mismos empleados, ¡era como ver a un león hambriento llevándose bien con... alguien!
Pocos segundos después de que se dé la alerta, los gritos y la gente corriendo no se hacen de esperar, se mantiene un bajo nivel de empleados en dicha zona mientras se intensifica el número de guardias, y ya que probablemente todos hayan sido llamados a la celda de 1104, te sientes el doble de vulnerable.
Intentas calmar tu pánico obligándote a pensar que tu paciente busca simplemente escapar del psiquiátrico como un loco normal y que no te hará nada si no te metes en su camino, pero, inevitablemente, recuerdas las últimas palabras que te dio, no, no, no, no, ¡no!, no pienses en eso, este chico solo ha atacado a guardias ¿verdad?, y está técnicamente drogado la mitad del tiempo, y-y nunca ha llegado más allá de la zona roja, así que entre varios guardias no debería dar problemas ¿no?.
Santo cielo, llevas un buen rato corriendo y aunque no sientes que sea suficiente, el aire ya no te llega a los pulmones, te apoyas en una pared mientras buscas a tientas un lugar para esconderte, presa del pánico, entras a lo que parece ser una sala de chequeos y te escondes bajo un escritorio abrazando tus piernas. Presionas tus manos contra tu boca forzándote a tranquilizar tu respiración mientras te consuelas por tu cuenta, pues puedes sentir una pequeña convulsión en todo tu cuerpo por cada vez que palpitas. Agudizas tu oído, afuera, escuchas a algunas personas lejanas que parecen dispersas, hojas, pisadas, voces, todo suena relativamente tranquilo, comienzas a relajarte. En tu escondite, esperas lo suficiente como para que tu corazón se haya calmado mientras sigues con atención a los sonidos, que ahora son un silencio sepulcral, no tienes ningún arma de defensa, además de una pluma con la realmente no quisieras tener que apuñalar a nadie.
Esperas un poco más y terminas escuchando algo pesado y metálico caer afuera, el sonido de algo como un ventilador aparece y disminuye de a poco, algo como un polvo se mete en el cuarto y te hace estornudar, raídamente cubres tu boca intentando no asfixiarte, pero la tos se vuelve semi-incontrolable, es un extintor, un extintor cayó afuera.
Te concentras tanto en tu tos que ignoras los pasos ansiosos que se aproximan a la habitación y solo te das cuenta cuando escuchas la puerta rechinar tras haber sido abierta, te congelas, comienzas a temblar, no sabes que hacer, tienes tanto miedo que--
—¡____! —Escuchas a tu paciente gritar tu nombre, en el tono más feliz posible
1104 se abalanzó contra el escritorio y después de tirarlo, te abrazo fuertemente pero sin llegar a lastimarte, exceptuando el susto de muerte.
—¡AAAH!
—Sh, sh, todo está bien —Da palmadas en tu espalda
—¡¿Qué haces?! ¡Por favor suéltame! —Suplicas
Después de unos segundos 1104 te suelta a regañadientes y se arrastra para alejarse al menos un metro de ti—¡P-Perdón!, en serio lo siento, ¿te asusté verdad?, ¡no quería asustarte!, ¡y-yo no quería!, ¡ME DIJO QUE NO TE ASUSTARÍAS!
Cambia su humor drásticamente cuando comienza a llorar del arrepentimiento y está a poco de golpearse. Admiras la escena estupefacta, aterrada, pero estupefacta, no quieres acercártele, pero a la vez tienes tantas ganas de hacerlo.
—He-ey, está bien —Te le aproximas de a poco
—¡Perdón!, ¡Perdón!, ¡Perdón...! —Comienza a arañar su cabeza
—Oye ¡oye mirame!
Tomas sus manos y detienes sus movimientos, 1104 parece regresar en sí, mientras te mira, aun llorando.
—No vuelvas a hacerlo
Lo miras con seriedad, él da un asentimiento leve, suspiras pesadamente, acaricias su cabeza apenas tocándolo con las yemas de tus dedos a modo de ¿consuelo?, su llanto se detiene y ahora, se acurruca contra tu mano, permitiéndose cerrar los ojos, tan suave, ¡tan cálida!, tu dulce aroma..., sabe que no tienen mucho tiempo hasta que lleguen por él y lo regresen a su celda probablemente para golpearlo, pero esto, este momento hace que eso valga la pena.
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Me enamoro tanto ver como el AU jugaba con el miedo y la ternura que no me quedo de otra. Espero que la del pedido no se refiriera a ASYLUM porque si no, no sé que va a ser de mí.
