Peter está realmente enfermo de amor por ti, y es la clase de persona complaciente que va a ir tan lejos como quieras para conseguir su objetivo, o al menos un poco de tu atención, ¿no es adorable?, en forma de pequeños relatos, ¡podrán disfrutar de...
Una vez terminadas las clases y llegado a su casa, Peter se sentó en su cama, ingreso tu número y pasó al menos cinco minutos completos sin saber como iniciar la conversación, ¿cómo ibas a reconocerlo?,
"Hey hola, soy el subnormal al que le diste tu número esta mañana después del receso y que estaba tan nervioso que ni siquiera se dignó a decirte su puto nombre"
No era para nada la clase de persona cortes, pero te estaba haciendo una petición por mensaje la cual podrías evadir fácilmente, no tenía otra alternativa. Gritó tan agudamente en el momento en el que vio que le estabas escribiendo.
"Hola, eres Peter verdad?".
"Como carajos conseguiste mi número?!" Al demonio la amabilidad.
"Calmate" "Lo saque del grupo de la escuela" Sí, lo silencio hace mucho, ciertamente lo había olvidado.
"Como sea" "Espero que no hayas olvidado lo que hablamos" "Mañana" "7 en punto" "En la biblioteca camino a la escuela ""No te atrevas a llegar tarde" Que forma tan particular de decir que probablemente llore si lo dejas plantado.
"Ok" Si no fueses lo suficientemente decente como para no tartamudear cuando escribes, lo habrías hecho, te arrepentiste inmediatamente de acceder tan fácilmente, Peter te daba algo de miedo de cuando en cuando, releyendo el mensaje te resultó rara la hora a la que te citó ¿tal vez trabajaba o algo así?, decidiste pensar eso.
Una vez llegada la fecha y hora llegaste al sitio, lo viste en la entrada del lugar mirando a todas partes, probablemente buscándote, una vez te ubicó te saludo con una expresión poco... expresiva, y te indico mediante señas que entraran al lugar.
—H-Hola Peter que tal to-Ah —Puso su mano en tu hombro y te apegó a su costado
—¿Todo en orden?
—... Solo, no quiero que te desvíes
—Ah, entiendo
Era increíble como podía mantener la compostura mientras en su cabeza no paraba su propia voz recordándole lo increíble que era poder tocarte. Una vez encontraron una mesa libre, Peter se sentó.
—Buscaré un par de libros extras, ya vuelvo
No recibiste respuesta, usualmente te molestaría su falta de cortesía, pero considerando su comportamiento anterior tal vez solo era muy tímido para todo ¿eso tiene sentido, verdad?, tras levantarte de tu asiento tu objetivo fue llevar algunos diccionarios a su mesa y tu obstáculo fue que estaban excesivamente arriba, tras un par de intentos por alcanzarlo que implicaban saltar disimuladamente, terminaste empujándolo en vez de atraerlo, haciendo que callera del otro lado.
Escuchaste como golpeó a alguien —¡Auch!
—¡P-Perdóneme! —Corriste para ver a la persona y disculparte —¿P-P-Peter?
Viste al chico sobándose la cabeza y al libro en el suelo a su lado ¿acaso trataba de ayudarte?.
—Dejame ver
—¡No te atrevas!
Lo tomaste de los hombros para forzarlo a agacharse y posteriormente pasaste tu mano por su cabello hasta que sentiste el chichón.
—¡Auh!, ¡deja de tocarme maniática!
Estabas haciendo que se pusiera tan rojo, ¡odiaba ponerse rojo!, eso sí, el golpe le dolía como el demonio, sin saber que hacer se cubrió la cara con ambas manos, estaban tan cerca, podía oler tu fragancia desde ahí y ver tu dulce cara a través de sus dedos, le gustaba tanto... Al final, salieron a comprar algo de helado para Peter y su herida, siendo la cosa más fría a su alcance, tuvieron que quedarse afuera de la biblioteca pues no los dejarían ingresar con alimentos, así que estaban sentados en la acera como completos vagos.
—Oye, hem... lo siento por lo del golpe
—¡Te has disculpado como un millón de veces!, superalo
—¡Es que quiero que sepas que me arrepiento!
Se quedaron en silencio, sentiste aquella fría brisa provocada por los autos al pasar y temblaste ante ella, miraste hacia arriba, estaba oscureciendo.
—Tal vez debería irm-¡eh!
Sentiste a Peter sentarse detrás de ti, envolverte con sus piernas y un brazo, apegándote a su pecho, que a pesar de sus ropas tan abiertas estaba realmente cálido, percibiste un leve aroma a cigarro de sus ropas.
—¿¡T-T-Tratas de asfixiarme!? —El terror te invadió pensando que en cualquier momento te ahorcaría ¡esto era muy bueno para ser verdad!
—¿¡Q-Que!? ¡¿Por qué demonios querría hacer eso?! ¡Solo estoy...! Aggh. Ni una palabra sobre esto a nadie ¿entendido?
—Sí señor —Murmuraste
—¡Y tampoco intentes safarte!, ¡¿me oíste?!
—¡A-Ah!, ¡está bien!
Sentiste como tras calmarse, posó su cabeza sobre la tuya, te entrego la paleta aun en su envoltura para poder rodearte con ambos brazos, querías saber por qué hacia esto, pero tomando en cuenta lo anterior no quisiste preguntar, en cambio, te dejaste caer ante él con la fe suficiente de que no haría ningún movimiento extraño, mientras ambos veían la luz solar irse poco a poco.
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¿Qué puedo decir?, simplemente no puedo dejar de imaginar la cara de Peter derritiéndose ante nosotros.
