Un León Alpha Y Su Particular vida.

Capítulo 15; Un Omega Especial.

Pero también me percate de que estaba en celo, yo me pregunte que diablos hacia deambulando en el bosque si andaba en celo no sería mejor resguardarse y esperar a que pase dicha época.

Yo mejor me volví a meter en mi refugio o acabaría tal vez follándomelo y no quiero otra hembra, pero las cosas no salieron como yo planee porque ese omega se metió en el mismo lugar en donde yo me encontraba.

Rugí y le dije.

-Será mejor que te vayas de aquí o acabare destrozándote y no de la manera que te imaginas.

Omega- ¿Eres un Alpha león?

-Si, y por tu propia integridad física es mejor que te vayas, estoy controlándome bastante para no atacarte y destrozarte ya.

Omega- Hazlo no me importa, pero necesito alivio por favor ayúdame, además estoy siendo perseguido por humanos Alphas y me quieren llevar a la ciudad para prostituirme yo no quiero servirles a ellos.

Prefiero que seas tú en lugar de ellos por favor te lo suplico, mira no necesitas prepárame ya estoy listo por piedad hazlo.

Él se quitó la poca ropa que llevaba y me mostro su retaguardia, escuche que afuera hablaban esos humanos y estaban buscando a este omega.

Así que ya no me contuve y lo embestí como animal en celo, estuve con él varias horas y no le di descanso alguno, aunque ya después de 48 horas me pedía clemencia, pero no se la di; por suerte la carne que cace ya la había preparado para que me durara los 7 días que tardaría en llegar a casa.

Estuve 5 días encerrado con ese omega; dándole duro, solo dejándole beber un poco de agua y fruta para luego seguir con lo nuestro.

El omega acabo con el vientre sumamente hinchado de tanto que me corrí dentro de él y lo marqué, en un principio no quería, pero acabé haciéndolo por el impulso del celo.

Cuando termine con él estaba hecho un desastre, ya fijándome bien tiene una linda apariencia; un bello y sexi rostro y un cuerpo demasiado tentador.

En la madriguera le deje las liebres y el zorro que cace anteriormente y me fui; llevándome al venado, tenía que cazar más y llevarlo a casa.

Por suerte para mí, logre cazar a un par de osos jóvenes y un venado más, deje mi marca en aquella madriguera donde descansaba el omega y me fui a mi hogar con mis omegas, mientras iba en rumbo, se desato una gran tormenta y llovía a cantaros; aun así, eso no me detuvo ya había estado mucho tiempo fuera.

Cuando llegué a la cueva mis hembras llegaron corriendo a ayudarme, se encargaron de almacenar la carne y también los frutos que traje.

La piel de los animales; ellos ya sabían cómo limpiarla para que se pudiera usar como ropa o colchas. Yo me transformé en humano y me di una ducha que me resulto bastante refrescante ya cuando salí, mis hembras ya tenían mi comida lista y una bebida caliente.

Podíamos hacer fogata dentro de la cueva por lo tanto si se podía cocinar y demás.

Comimos todos juntos, todas mis hembras junto a mí y me dio mucho gusto ver que ya se llevaba bien.

El tiempo paso y al mes el invierno llego; por suerte ya me había preparado bien con leña y provisiones, aun me preguntaba que había sido de aquel omega del bosque, esperaba que estuviese bien y hubiese reunido provisiones para el invierno.

El invierno termino y llego la primavera ya habían pasado 5 meses desde mi encuentro con aquel omega del bosque, Kai, Noa, Kuro y Bastian me habían pedido tener bebes, pero querían bebés humanos así que me pidieron que se los hiciera en mi forma humana.

Yo accedí suponiendo que le tenían envidia a Yulian y Ben, por ello decidí complacerlos, además para mí era un placer rotundo follármelos a gusto y placer.

El tiempo paso y la hora en que Yulian y Ben dieran a luz llego y vaya que la sufrieron, pero aguantaron bastante bien no se desmayaron y dieron a luz a unos hermosos bebés Alphas; ambos eran niños.

Para este entonces Kai, Noa, Kuro y Bastian tenían solo 3 meses y medio de embarazo y tal como querían su embrazo seria de 9 meses, tuve que no salir mucho para poder ayudarlos a cuidar a nuestros cachorros e hijos.

Un día alguien vino a la cueva a verme, era mi hijo Zar que había encontrado a un humano hace unos días vagando por el bosque perdido y desorientado, se notaba que se deshidrató y no había comido desde hace varios días, mi hijo me conto que le dieron agua y comida y lo marcaron como esclavo y me lo habían traído de regalo para que ayudara a sus mamás a cuidar a sus hermanitos y demás tareas.