Capítulo 3

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La noche cayo en lo mas profundo de la granja, Eri tenia al cachorro encima de su cama mientras le leía un cuento, Izuku se sentía cómodo con la niña, le relajaba su presencia, podía decir que era como su hermana mayor o su segunda mama.

Izuku con ese recuerdo sintió un escalofrío, miro hacia la ventana y observo la luna junto a las estrellas y recodo como todas las noches miraba el cielo con sus padres desde la cueva, eso no paso desapercibido de la niña, la cual le acaricio la cabeza y le dio un beso en la frente para calmar al cachorro.

El peliverde alzo la mirada y observo los rubíes de Eri, se sintió como en casa, la tranquilidad que le daba la menor era la misma que le daba su madre o su padre, soltó un suspiro cansado y se tumbo en el regazo de la niña apoyando su cabeza para soltar un par de ronroneos mientras movía la cola de un lado a otro.

Las horas pasaron y los dos se quedaron dormidos, Aisawa se acerco a la habitación de su hija, abrió la puerta dejando ver como un pequeño cachorro era abrazado por la menor como un oso de peluche, la mejor escena para los ojos del pelinegro el cual sonrió, se acerco a ellos y los arropo mejor, les dio un beso a ambos y salió de allí cerrando la puerta sin hacer el menor ruido posible.

(...)

A la mañana siguiente un peliverde se despertó el primero los rayos del sol le dieron directo en los ojos, abrió los ojos despacio para acostumbrarse a la luz que entraba a la habitación, se estiro y soltó un bostezo, se bajo de la cama podía ver como la pequeña Eri seguía durmiendo plácidamente mientras se estiraba mas en la cama, salió de la cama ya que necesitaba ir a hacer sus cosas, intento abrir la puerta con sus patas pero no podía, se puso en dos patas y se apoyo en la manilla la cual se abrió un poco, con su pequeño hocico abrió la puerta y salió por la puerta de atrás al pequeño jardín que había, hizo sus necesidades y regreso adentro.

Al entrar a la casa bajaba por las escaleras un hombre mayor con el pelo despeinado, se acerco a él, el pelinegro le acaricio la cabeza y escucho un ronroneo del cachorro, cosa que le hizo sonreír.

El pelinegro se adentro a la cocina siendo seguido por un cachorro, el cual se sentó en el suelo en un lugar para no molestar mientras observaba las acciones del mas alto, podía sentir el aroma de la carne siendo cocinada, aulló un poco para que el mayor lo mirada sorprendido.

- Tu no eres un perro.-Le dijo el pelinegro mientras se giraba y miraba bien al pequeño, el cachorro ladeo la cabeza sin entender nada, y volvió a aullar para que le den de comer.

En ese momento una Eri somnolienta bajaba por las escaleras observando a su padre hablando con el pequeño cachorro el cual solo aulló.

- A que es mono.-Dijo la menor mientras acariciaba la cabeza del menor el cual ronroneo y movía la cola de felicidad.

- Si Eri...pero sabes que no es un perro...es un lobo.-Le dijo el mayor mientras volvía a preparar el desayuno, haciendo que su pequeña abriera los ojos como platos por la sorpresa y dirigió la mirada al cachorro el cual solo movía la cola de felicidad.

- E-eso no me importa papa, yo le quiero.-Dijo Eri mientras volvía a dirigir la mirada a su padre el cachorro solo miraba a ambos mientras movía la cola a ambos lados.

- Ya lo se Eri, pero ya sabes lo que pasara cuando el cachorro crezca y si los cazadores lo pillan el no saldrá vivo de esa.-Le explico el mayor mientras preparaba todo.

- Lo se papa, pero no lo podemos dejar ahora, todavía es muy pequeño, no se las podrá arreglar por el mismo.-Le dijo la menor mientras miraba a su padre.

- Lo se, por eso nos vamos a ir a una cabaña en el bosque para que podamos cuidar de él...y si él decide irse que así sea.-Le dijo el mayor para acariciarle la cabeza a la menor.

- Esta bien, pero...¿Cuándo nos vamos?-Le pregunto la menor con curiosidad.

- Que te parece esta noche.-Le dijo el mayor para servir el desayuno y darle un trozo de carne cruda al cachorro, el cual lo tomo feliz y se alejo de allí para comerlo tranquilo.

- Me parece bien, ¿y los animales?-Le pregunto la menor mientras tomaba la leche con cereales.

- Nos los llevaremos, en ese lugar es rico en alimento para las vacas y las ovejas por eso las vamos a llevar con nosotros.- Le explico el mayor mientras tomaba su café cargado como todas las mañanas.

Los dos acabaron de desayunar y empezaron a preparar las cosas para esa misma noche, ya que se irían a la cabaña cercana al bosque para que así el cachorro estuviera a salvo y que no lo mataran los cazadores por su piel o sus colmillos. Eri fue al establo para preparar la comida de ambos animales y ponerle las chuecas a las vacar y a las ovejas, arreglo a los caballos que usaban de tiro y de montura, cargo la carreta y se fue de allí a su casa para preparar su maleta.

Izuku por otro lado seguía a los dos a ambos sitios, no se quería sentir solo por nada del mundo ya tenia una nueva familia la cual no quería perder, se sentía amado como lo hacia su papa y su mama, los extrañaba, no los volvió a ver desde el incidente.

Quería volver a ver a Denki, quería estar con su manada, quería jugar con los demás cachorros de la manada pero ahora se sentía entre la espada y la pared, quería a la niña y al hombre, pero su instinto de dictaba que buscara una manada y que buscara una pareja para tomar sus territorios y seguir con el legado de su padre.






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