Capítulo 7 - Toda rosa tiene espinas

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[Capítulo 7 ─ Toda rosa tiene espinas]

Vivi se acercó a la puerta para recibir a los clientes cuando escuchó la campanilla sonando, aunque mentiría si dijera que no se sorprendió un poco al ver a quien acababa de entrar en el restaurante-. ¡Law-san!

-Buenas tardes, Vivi-ya -saludó el moreno con cortesía.

-Oh, sí, buenas tardes -contestó ella, recomponiéndose de la sorpresa-. ¿Vas a querer una mesa?

-En realidad hoy sólo vengo por Luffy, su turno ya está por terminar, ¿no?

-Oh, eem... ¿él sabía que vendrías?

Law levantó una ceja ante el cuestionamiento-. Pues no, no era algo que tuviera planeado así que no le dije nada. ¿Por qué? ¿Hay algún problema? -preguntó, un poco extrañado por la actitud de la camarera.

-Verás, Luffy-san tuvo un pequeño accidente hace un rato y tuvo que ausentarse para ir a la clínica a revisarse.

-¿Accidente? ¿Él está bien?

-¡Oh sí, por supuesto! -se apresuró a aclarar Vivi al notar el tono preocupado del moreno-. No fue nada demasiado grave, sólo se torció el tobillo y dudo que se lo haya roto, pero le insistimos en que fuera con un médico para estar seguros de que todo está bien.

-¿Y fue él solo, con el tobillo lastimado?

-No, claro que no. Lo acompañó un chico que estaba aquí, un amigo suyo por lo que vi. Cómo era que se llamaba... ¡ah sí! Kid, lo llevó Kid.

"¿Eustass-ya?" pensó Law entornando los ojos con recelo, consciente de la razón de esa punzada de fastidio instalada en su pecho. Bueno, ¿es que acaso ese chico se la pasaba siguiendo a su novio o qué? Comenzaba a creer que se lo encontraba hasta en la sopa.

-Vivi, te llaman en la cinco -le informó uno de los camareros a la chica de manera fugaz antes de desaparecer en la cocina.

-Disculpa, debo volver al trabajo.

-Espera Vivi-ya -la llamó el chico antes de que terminara de darse la vuelta, atrayendo su atención de nuevo-, ¿de casualidad sabes a qué clínica fueron?

La mesera pareció pensarlo por un par de segundos-. Bueno, Luffy-san no podía caminar mucho, así que deben de haber ido a la que está a unas calles de aquí, ¿la conoces?

-Sí, por supuesto. Gracias.

La peliceleste le sonrió en respuesta y se dio la vuelta, apresurándose a donde los clientes solicitaban su presencia.

Law salió del restaurante, enfundando las manos en los bolsillos de su pantalón, y se encaminó con paso rápido hacia la clínica que la chica le había indicado. Tenía un par de cosas que aclarar con cierto pelirrojo tan pronto lo tuviera en frente.

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-¿En qué rayos estabas pensando? -refunfuñó Kid desde su posición, apoyado con la espalda en la pared y los brazos cruzados sobre el pecho, observando al chico de cabellos azabaches que estaba sentado en la camilla de la habitación.

-Sólo estaba un poco distraído -se excusó Luffy, formando un puchero con los labios.

-Ajá, y por distraído pudiste haberte roto el pie.

El menor abrió la boca con la intención de replicar, pero en ese momento el doctor que los había atendido volvió, interrumpiendo la conversación que los muchachos mantenían, con lo que parecían ser unas cuantas radiografías en mano.

Estoy a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora