«Muy a menudo subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amorosa, un oído dispuesto a escuchar, un cumplido honesto o el acto de cariño más pequeño. Todo esto tiene el potencial de cambiar una vida.» ─Leo Buscaglia
—¿Y? ¿Te quedarás ahí callado el resto de la tarde? —preguntó Perona con impaciencia, sus brazos cruzados bajo el pecho. Si Kid no hubiera estado sudando frío, seguro habría notado la manera en que esa posición resaltaba el busto de la chica, pero claro, en ése momento le preocupaba demasiado su propia integridad física como para caer en cuenta de ello.
Finalmente suspiró y se talló las sienes, casi con cansancio—. Sí, era Killer.
A Perona poco le faltó para dar un pisotón en el suelo—. ¿Cómo es que tiene tiempo para llamarte y aún no se comunica con Sabo? ¿Qué es lo que pasa por su cabeza, maldita sea?
A Kid también le gustaría mucho saberlo, en realidad—. Escucha, tranquilízate. —La chica le lanzó una mirada fulminante. "Bien, mal intento. Jamás le digas a una mujer que se tranquilice, ¡mierda!"—. Mira, yo no justifico su comportamiento...
—¡Da la impresión de que sí! —replicó ella, casi llegando a olvidar que se encontraba en un hospital y no debía subir la voz.
Kid hizo una mueca—. Déjame hablar, ¿sí? —Perona gruñó, enfurruñada, pero guardó silencio—. Gracias —masculló el chico, pasándose una mano por entre el rojizo cabello mientras intentaba ordenar las palabras en su cabeza para evitar que ella volviera a entrar en estado de detonación. Quizá haberla callado no había sido tan buena idea. Volvió a suspirar, avistando un dolor de cabeza cercano—. Sí, tienes razón, tal vez Killer no está tomando las mejores decisiones ahora, y sí, yo también creo que debería comunicarse con el chico, (mierda, si él mismo se está volviendo loco por ello, maldita sea) pero sólo él sabe lo que hace y por qué lo hace. Todo el mundo tiene su propia manera de lidiar con los problemas, para variar.
—¿Y qué se supone que significa eso? —preguntó Perona, frustrada, dejando caer los brazos a sus costados—. Aquí no habría problemas si él se decidiera a arreglar las cosas con Sabo.
—¿Te has puesto a pensar alguna vez que, quizá, eso sólo sea la punta del iceberg? —Perona se quedó callada, frunciendo el ceño entre confundida y algo sorprendida, tal vez pensando por primera vez que en realidad pudiera haber algo más profundo en el tema que sólo lo que se veía a primera vista. Kid resopló y pasó por su lado.
—¡Oye, espera! —Ella se apresuró a detenerlo de nuevo—. ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué sabes tú que nosotros no?
—Lo único que necesitas saber, es que Killer está librando su propia batalla también.
—¿Pero a qué te refieres? Explícamelo.
—No me corresponde hacerlo.
—¡Oh, por favor! —exclamó Perona rodando los ojos. Estaba comenzando a exasperarse de nuevo, Kid lo notó y no le pareció que fuera conveniente, ella también necesitaba tranquilizarse, pero ya había comprobado que sugerírselo no funcionaría.
—Mira, aún si yo te dijera lo que está sucediendo tú no podrías arreglar las cosas entre ellos, porque para hacerlo tendrías que contarle la verdad a Sabo y no es algo que deba hacer alguien además de Killer, lo que te condenaría a quedarte callada sin poder intervenir. ¿Acaso quieres guardarle secretos a tu amigo? —Ella no contestó, pero la expresión de su rostro se había relajado un tanto, ahora sólo parecía un poco desconcertada por la forma en que Kid le había dado la vuelta a la situación. Y claro, debía admitir que tenía razón, el muy maldito—. Eso supuse.
ESTÁS LEYENDO
Estoy a tu lado
FanfictionContinuación de "Historia de tres hermanos". El tiempo ha pasado, para algunos lento, para otros demasiado rápido, pero ha pasado, y no se puede volver atrás, aun cuando algunos desearían hacerlo. Ahora, cinco meses después, hay quienes deberán dars...