«Porque sin buscarte ando encontrándote por todos lados, especialmente cuando cierro los ojos» —Julio Cortázar
«Miércoles, Junio 4»
«Instituto Impel Down ─ Clase 2-A»
Quizá éste no era un buen momento para entrar en pánico. Seguro que era el peor momento para entrar en pánico. Pero no había nada qué hacer, porque se encontraban en una de esas situaciones en las que entrar en pánico es lo único que queda.
—Estamos perdidos —dijo Usopp.
—Súúúúper perdidos —coincidió Franky.
—Muertos —añadió Sanji.
—¡Ya cállense ustedes tres! —exclamó Nami, propiciando un puñetazo en la cabeza de cada uno. Los tres chicos cayeron al suelo, y casi podía llegar a apreciarse un poco de humo saliendo desde sus cráneos—. Sólo me están estresando más.
—No te enojes, Nami-swwwuuan
La chica ignoró al rubio y se alejó refunfuñando hacia su asiento. Zoro ahogó una risa, y Sanji le dio una leve patada en el abdomen. Entonces ambos comenzaron a discutir. Los insultos como «estúpido marimo» o «cejas de sushi» que no se habían escuchado en semanas volvieron a aflorar, mientras ambos chicos se retaban con la mirada, como si tuvieran que hacer de todo una competencia. Los demás decidieron que también los ignorarían por el momento, pues había cosas más importantes por las que preocuparse, por lo que fueron a situarse alrededor del asiento de la chica.
Gracias a los problemas recientes y, en gran parte, a lo sucedido con Ace, todos y cada uno de ellos habían olvidado un detalle importante: estaban a menos de un par de semanas de terminar el semestre y las fechas de entrega de proyectos finales ya venían a la vuelta de la esquina. Para los exámenes todavía les quedaban unos pocos días más, pero había uno que otro profesor que prefería calificar con otros métodos. Entre ellos, un maestro que les había encargado una exposición que debía durar como mínimo cincuenta minutos, y que determinaría entre el ochenta y el noventa por ciento de su calificación final. A ellos, como equipo que habían decidido ser, les tocaba entregar su trabajo al día siguiente, y por supuesto ninguno lo había recordado hasta ese día, pues era su primera clase de la materia en la semana y pasó a exponer el grupo al que le tocaba antes que a ellos. Y esa era la razón por la que todos estaban a punto de un colapso nervioso. Bueno, casi todos, Luffy no parecía estar demasiado afectado por eso, su habitual actitud tranquila y despreocupada seguía ahí.
—Entonces, ¿qué haremos? —preguntó Usopp.
—No nos queda de otra, tendremos que hacer todo el trabajo esta tarde —contestó Nami, cruzándose de brazos con una expresión de concentración en el rostro—. El tema no es demasiado complicado, pero tendremos que extenderlo lo suficiente para que participemos los siete y no nos sobre tiempo.
—Creo que podremos hacerlo sin problemas —comentó Law, encogiéndose de hombros.
—Suena fácil. —Luffy rió a su forma risueña, apoyando a su novio. Nami decidió arrojarle un borrador a la frente. Le estresaba más el hecho de que el chico no estuviera nada preocupado por el asunto.
—Bien. Pero en mi casa no se va a poder. Ya saben, por lo de cuidar el mobiliario y todo eso —aclaró ella, señalando con su pulgar hacia los dos chicos que seguían discutiendo.
—¿Podemos hacerlo en tu casa de nuevo, Luffy? —preguntó Usopp.
El chico seguía sobándose el golpe en la frente—. ¿Eh? Pues... —Dubitativo, Luffy miró a su novio.
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Estoy a tu lado
FanfictionContinuación de "Historia de tres hermanos". El tiempo ha pasado, para algunos lento, para otros demasiado rápido, pero ha pasado, y no se puede volver atrás, aun cuando algunos desearían hacerlo. Ahora, cinco meses después, hay quienes deberán dars...