[Capítulo 22 ─ Tan simple como amar]

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«La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición.» ─Emil Ludwig

«Viernes, Junio 13»

«(4:47 p.m.) De: Melanie
Troy ya se durmió. ¡Es tan adorable! ¡Lo amo demasiado!
»

«(4:48 p.m.) De: Marco
Gracias por cuidarlo, eres la mejor. Llegaré alrededor de las 6.
»

«(4:51 p.m.) De: Melanie
Tómate tu tiempo, aquí estamos perfectamente ;).
»

Marco sonrió al leer el último mensaje, donde además Melanie había adjuntado una fotografía de ella y Bill saludando a la cámara de su teléfono, con Troy durmiendo en su cuna detrás de ellos. Guardó el celular un segundo después y se dispuso a ofrecerle toda la atención a su acompañante.

Ese fue el momento que Ace escogió para soltar un gruñido desde lo profundo de su garganta-. Maldito, jodido Williams, hijo de perra -masculló entre dientes.

Esa tarde, Marco lo había acompañado a su primer chequeo desde que le habían dado el alta. La doctora Kureha parecía conforme con cómo avanzaba su recuperación, y les había hablado sobre los cuidados a largo plazo.

Las dos costillas rotas tardarían de dos a tres meses en recuperarse completamente, pero no debería haber problema mientras Ace no hiciera esfuerzos grandes, como cargar cosas pesadas -cosa que, de todas formas, no podía hacer, porque tenía el puto brazo a cabestrillo, y lo tendría así por al menos cuatro meses. Necesitaría terapia física a partir de un par de semanas más, que continuaría dos días a la semana hasta que por fin le quitaran la restricción, y un poco más allá.

Por supuesto, todo eso significaba que Ace tendría que ausentarse del entrenamiento en la academia. Esa era la verdadera razón detrás de su mal humor desde que habían salido de la consulta.

-Inevitablemente perderé el ciclo. Aunque pueda asistir a las clases teóricas, si no puedo entrenar no me certificarán. -Ace frunció el ceño con frustración-. Es malditamente estúpido, ¿sabes? El hecho de que en realidad no tenga nada más grave que unos cuantos huesos rotos, y aun así mi vida parezca haberse detenido por completo -bufó.

Marco se contuvo de decir un "pudiste haber muerto", de nuevo. Suponía que Ace no necesitaba ese confrontamiento. A fin de cuenta, sí era injusto que sus planes se vinieran abajo por unos cuantos imbéciles que se creyeron lo suficientemente fuertes para matarlo, y un imbécil todavía más grande que les había pagado por hacerlo.

-Entiendo tu frustración, Ace, pero es necesario que te recuperes debidamente. Esto no te detendrá por siempre, y Williams podrá retorcerse de coraje en su celda cuando vea que no pudo derrotarte.

Eso logró sacar una sonrisa ladeada en el rostro del pecoso-. Espero ese momento.

Todavía faltaban algunas semanas para el juicio de Williams, pero era seguro que no la libraría. Ace sabía que Dragon sacaría hasta debajo de las piedras toda la evidencia necesaria en su contra (no que fuera tan difícil en verdad, Williams había sido demasiado idiota como para haber cubierto sus huellas apropiadamente, confiando demasiado en que Ace no sobreviviría).

En ese momento, Makino apareció junto a su mesa con una suave sonrisa en los labios y una bandeja repleta de comida. La mujer no había hecho ningún comentario respecto a las más que evidentes heridas en el cuerpo de Ace, simplemente lo había saludado con una brillante y amable sonrisa, asegurando que se alegraba de verlo de nuevo. Marco supuso que ella no quería parecer demasiado entrometida.

Una vez que Makino se hubo retirado, dejando toda la comida distribuida en la superficie de su mesa, Marco pensó que sería un buen momento para abordar el tema que había estado dándole vueltas en la cabeza, ahora que el ambiente estaba menos tenso.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2023 ⏰

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