My Best Friend's Brother - Chanlix

CAPITULO 10

"Una tarde de lluvia, dos idiotas y un paraguas ¿Qué más puedes pedir?"

Félix

Las personas solemos preferir la soledad, o al menos eso pensamos. Nos convencemos de que podemos hacer las cosas nosotros solos, sin ayuda, sin nadie.

Pero realmente nadie quiere estar solo.

La soledad es algo inevitable, el punto es saber cómo sobrevivir con ella.

Nunca pensé que un chico como él me atrajera. Sinceramente, la primera vez que lo vi sentí unas enormes ganas de golpearlo. Probablemente por pensar que le haría daño a Olivia, o incluso a mí.

Pero, con el tiempo me di cuenta que todos aquellos pensamientos fueron erróneos.

Qué yo sería quien eliminaría su soledad.

...

El quinto semestre había empezado hace unos días

La ventana del aula estaba empañada, las gotas cayendo con fuerza se escuchaban hasta el segundo piso del edificio.

La profesora de biología seguía hablando, yo no le puse atención, solo miraba unas pequeñas gotas deslizarse por la ventana. Solo quería volver a mi casa, sentarme y ver alguna serie junto con Olivia, sin embargo, faltaban varias horas para que se acabarán las clases.

Emi, quien se sentaba a un lado mío, jugaba con su cabello rubio y escribía algo en su cuaderno. Peter solo tenía sus audífonos puestos. Sin prestar atención al mundo en general.

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Las clases terminaron, Olivia se había quedado en casa ya que tenía un resfriado, ella decía que era demasiado grave para ir a clases, pero yo sabía que solo quería quedarse en casa para ver sus programas de cocina. Es bastante fácil convencer a mi padre si tiene que ver con sus hijos así que no le dijo nada y dejó que se quedará

—Félix ¿Quieres que te acompañe? —decía Emi al notar que no traía sombrilla y seguía lloviendo.

—Para nada —dije mientras me colocaba unos guantes negros— solo sería una molestia.

—Por mí no hay problema.

—Para mí sí, solo apresúrate y ve a casa, no quiero que te enfermes —dije suavemente.

—Como diga la princesa —decía con ironía.

—Ya dejen de decirme así —dije enojado. Emi y Peter empezaron a apodarme así cuando uno de los chicos del salón de al lado me había ayudado a alcanzar un libro de la biblioteca diciéndome ese horrible apodo.

Ella río y se fue.

No sé cómo me iría a casa, pero estaba seguro de que lo lograría. Tomé un gorro de lana gris que tenía en la mochila y me lo coloqué. En mi mente, con los guantes y el gorro sería suficiente. Grave error.

Caminé un poco. No avancé ni dos calles y ya quería morir. Si bien me encanta la lluvia, no la disfrutaba cuando no estaba en casa o algún lugar cerrado

Me senté en el escalón de un negocio que estaba abierto. Me sentía mal, ¿Qué haría ahora? Era obvio que la lluvia no pararía pronto, no era tan fuerte ahora, pero si intentaba llegaría empapado a casa. Agaché la cabeza sintiendo una gran decepción. Patético.

—Hey —escuché su voz— no creo que quieras estar aquí todo el día. Vamos, levántate —dijo Chris ofreciendo su mano, yo lo miré algo apenado. —No pasa nada, vamos.