Hace un año, Thor y Loki se convirtieron en rey y reina de Asgard. Parecía que la muerte de Odín resolvió todos sus problemas, pero no tenían idea de cómo sería su vida como líderes del reino. Thor está más que ocupado, Loki no disfruta exactamente...
Había una vez un hermoso príncipe cuyo nombre era Loki. Muchos lo odiaban, pero incluso más personas lo amaban. Estaba listo para dar todo por el hombre del que se enamoró, pero las Nornas fueron amables con él, por lo que el Príncipe Jotun se convirtió en la Madre de Todo y el Dios de las Historias, ya que fue su historia la que conmovió a muchos.
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Loki se rió cuando el rey de Asgard le mordió suavemente el interior del muslo.
—Eres bruto —dijo, pateándole ligeramente la espalda con el talón. Thor se rió en su piel, apenas notando el golpe.
—Lo siento, mi reina —murmuró y se movió más alto, lamiendo los pétalos del sexo femenino de Loki en broma, haciendo que se tragara todas sus quejas. A veces, Thor pensaba que conoce el cuerpo de su esposo mejor que el suyo. Tal vez incluso era verdad. Levantó las manos, acariciando el torso de Loki, masajeando su estómago y sus pectorales, provocando los duros y prominentes pezones. El largo cabello negro de Loki se pegó a su frente mientras sudaba por el calor de su pasión.
—Oh Thor —gimió en la habitación vacía.
Cuando se mudaron por primera vez al Palacio de Oro, Loki dudaba en participar en tales actividades, temiendo que alguien lo escuchara y cuando los dos hicieron el amor, trató de guardar silencio (para consternación de Thor), pero lentamente se estaba volviendo confiado. con toda la gente a su alrededor y lentamente se dio cuenta de que él era la reina de Asgard y Dios de las historias. Si quiere gemir el nombre de su esposo para que todo el Palacio lo escuche, gemirá su nombre.
—Sí, allí, justo allí.
No es que Thor necesitara ayuda para buscar ese lugar especial dentro de Loki que lo volvía loco, pero lo presionó con sus dos dedos aún más y lo masajeó como sabía que amaba su reina.
Loki dejó escapar un gemido estrangulado que se convirtió en un grito de placer cuando la ola del orgasmo se tragó todos los nervios de su cuerpo, haciéndole temblar y arquear la espalda. Thor apretó sus muslos, sosteniéndolo suavemente en su lugar hasta que la sensación disminuyó.
El Jotun estaba jadeando cuando el Dios del Trueno se movió sobre él, besando su cuello y luego sus delgados labios rosados.
—Mi turno —anunció Loki en voz baja, antes de colocar sus dos palmas sobre el pecho de Thor, empujándolo hacia el colchón a su lado, para poder subir encima de él, a horcajadas sobre sus caderas.
Thor se rió brevemente cuando Loki trató de ponerse cómodo, tirando de su cabello desordenado. Sus mejillas eran de color rosa brillante y una lágrima de sudor caía por su sien. El sol de la mañana atravesó la puerta abierta del balcón y pintó la pálida piel de alabastro de Loki en colores pastel. Realmente parecía divino.
Le sonrió a Thor, antes de inclinarse, besándolo nuevamente. Su mano se deslizó entre sus cuerpos, acariciando a Thor con un ritmo dolorosamente lento.
