10. La bendición

84 10 1
                                    

Resumen:

La parte final y mejor del festival.

El segundo día del Festival fue tranquilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El segundo día del Festival fue tranquilo. Loki y Thor pasan visitando todas y cada una de las aldeas de Asgard, hablando con su gente, aceptando sus regalos, probando toda la comida que les prepararon y estrechando la mayor cantidad de manos posible. Thor bendijo muchos campos ese día, recibiendo una cantidad ridícula de vino como agradecimiento.

En algún momento, Loki temía tener que cargar con Thor cuando llegaran a la última aldea, pero Thor mostró una resistencia increíble cuando se trataba de beber. La gente también parecía sentir cariño por el don de Loki, mostrando a sus hijos y bebés en sus brazos para que los bendijera con una buena historia de vida. Loki no estaba seguro de poder hacer eso, pero bendijo a todos los que lo pidieron, con la esperanza de que al menos les proporcionara algún tipo de facilidad.

Thor lo perdió por completo cuando una niña tiró de su capa y le preguntó:

—¿Por qué la reina no tiene cuernos? —Loki arqueó las cejas, viendo a Thor levantar a la niña.

—¿Por qué crees que debería tener? —él respondió con una pregunta, riendo.

—Mis padres dijeron que los gigantes heladas los tienen. Pero nuestra reina no tiene ninguno. Tampoco es azul ni gigante —explicó, haciendo que Thor se riera tan fuerte que sonó como un trueno.

—Querida, los Jotuns no tienen cuernos, me temo —aclaró Loki—. No soy un gigante, porque nací pequeño, ¿sabes? Y no soy azul, porque en Asgard hace demasiado calor para ser azul, pero nací azul.

—¿Un bebé azul? —Loki asintió con la cabeza, mirando a la chica tratando de envolverla—. Pero ahora no eres azul.

—Precisamente.

—¿Puedes convertirte en otros colores? —a estas alturas, Thor se estaba ahogando de la risa, las lágrimas caían de sus ojos.

—En teoría, sí —Loki entrecerró los ojos, no disfrutando del todo a dónde iba esto.

—Me gusta el rosa —afirmó.

—También disfruto el color rosa —respondió Loki vacilante.

—Bien —levantó una de sus cejas.

—¿Bien? —la Madre de Todo repitió tras ella.

—Hazlo. Vuélvete rosa —Loki se volvió hacia su esposo, quien se encogió de hombros. La reina suspiró en derrota.

—Bien —cerró los ojos, proyectando una ilusión sobre su cuerpo, convirtiendo su piel en un tono rosado que recordaba a un cielo matutino durante la salida del sol. Abrió los ojos, esperando que ella dijera algo. Ella lo miró juzgandolo, sacudiendo la cabeza.

—Te ves como un cerdo.

—¡Erika! —la madre de la niña corrió hacia la escena, evitando que se riera Thor—. Lo siento mucho, majestades, no la he visto salir corriendo de la casa.

Los demonios de mi pasado - Thorki -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora