Hace un año, Thor y Loki se convirtieron en rey y reina de Asgard. Parecía que la muerte de Odín resolvió todos sus problemas, pero no tenían idea de cómo sería su vida como líderes del reino. Thor está más que ocupado, Loki no disfruta exactamente...
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—Padre, Madre de Todo, vinimos a informarle que los ataques de Alfheim también ocurrieron en nuestro reino y tenemos una buena razón para suponer que lo que sea que lo esté causando se dirige a Asgard —anunció la dignataria extranjera, con la voz llena de seriedad. El agarre de Thor en la mano de Loki se apretó automáticamente ante la revelación. Loki sintió escalofríos recorrer su columna y tuvo que luchar contra el instinto de colocar su otra mano sobre su vientre. Fue extraño la rapidez con la que estos instintos entraron en acción.
—Vayamos a un lugar más cómodo —decidió Thor—. Tenemos mucho de qué hablar —todo el grupo, encabezado por la pareja real y su guardia personal, se dirigió al salón para discutir el asunto.
—Entonces, las desapariciones y asesinatos se están moviendo en nuestra dirección, supongo —dijo el rey tan pronto como todos se sentaron.
Uno de los hombres bien vestidos que llegó respondió:
—Sí, su majestad. Se mueve rápido. Creemos que utiliza caminos secretos entre mundos para evitar la vista de Heimdal.
—Tiene que estar usando magia para protegerse a sí mismo también. Parece que Heimdal no puede encontrarlo. Debe que ser inteligente —especuló Loki en voz alta.
—Sí. Nadie lo ha visto tampoco. Hemos escuchado sobre el aldeano de Alfheim que aparentemente lo ha visto, pero nadie lo ha visto en nuestro reino. Es como si fuera ... invisible —Loki frunció el ceño. Primero era un Gigante de Hielo sin líneas de herencia y ahora es un monstruo invisible. Extraño.
—¿Podemos hacer algo para ayudar? —preguntó Thor, pero Loki ya no le prestaba atención. Estaba tratando de repasar todo lo que había leído que pudiera ayudar, pero nada parecía encajar con la descripción. Nadie pudo entender tampoco por qué lo estaba haciendo. Si pudieran averiguar qué quiere el monstruo, posiblemente podrían averiguar cuál se supone que es su próximo paso.
La reunión se prolongó durante horas y Loki estaba cada vez más irritado. Le volvía loco que no entendiera a este ser. Siempre fue bueno con este tipo de problemas. A menudo ayudaba a resolver crímenes en Jotunheim, su conocimiento e inteligencia eran valorados entre su gente, aunque la mayoría de ellos se concentraban en su apariencia más que en sus habilidades.
—Estabas sorprendentemente callado —comentó el Padre de Todos mientras caminaban de regreso a sus habitaciones. El sol ya se había puesto y los pasillos estaban casi en silencio excepto por el traqueteo de armaduras y armas de sus guardias.
—Estaba pensando — dijo Loki simplemente, como si respondiera todo. Thor asintió con la cabeza.
—¿Estás cansado?
—Un poco —admitió el Jotun.
—¿Un baño? —ofreció Thor, haciendo sonreír a su esposo.
