La clandestina y pecaminosa relación de Bruno y Elvira avanzaba de manera extraña.
Aunque Bruno adoraba a Elvira y ella a él, la sensación de culpa lo invadía siempre que iba a la iglesia y sentía a las figuras religiosas y los cuadros juzgandolo por lo que hacía. Incluso sentía que se estaba volviendo demente ante tanta culpa que sentía.
Pero es que estar enamorado de aquella mujer era inevitable. Sus caricias, su sonrisa, su voz, sus besos, todo eso lo enamoraba cada vez más.
—¿Por qué me castigarías por amar? —Dijo en tono de reclamo viendo una figura de Jesús colgada en la iglesia— Sabes muy bien que yo nunca quise ser sacerdote, yo quería ser libre, vivir, enamorarme, ser yo
El hombre miró de nuevo al piso
—Yo no quería ser sacerdote —Dijo entrecortado mientras sentía sus lágrimas bajar por su rostro.
—Bruno... —La voz de Elvira hizo eco por la iglesia y tocó despacio el hombro del canoso.
—¿Sí, corazón? —Dijo suave, limpiando sus lágrimas, volteandola a ver
Elvira sonrió ligero, Bruno de vez en cuando le decía apodos lindos, aunque era rara la vez, porque eso también lo hacía sentir culpable.
—¿Estás bien?
—¿Ah? Sí —Sonrió con presión— Solo hablaba con Jesús, es reconfortante, creo —Dijo dudoso— Quisiera que me aconsejara o me diera fuerzas a...
—A ya no sentirte culpable —Finalizó Elvira.
Bruno suspiró fuerte mirando al piso.
—¿Te sientes culpable de estar conmigo?
—¡No! Bueno... A veces...
Los labios de Elvira comenzaron a temblar haciendo un puchero ante aquella contestación.
—No, no —Bruno se sintió muy mal al ver la expresión de esta— Perdoname —La abrazó fuerte
Esta aceptó el abrazo.
—No me siento culpable de estar contigo —Volvió a decir—. Me hace sentir culpable todo lo que durante muchos años me enseñaron y prohibieron, es difícil olvidarme de todo aquello y de aquel miedo al infierno y a las creencias. No tengo culpa, tengo... miedo. Miedo de lo que no pueda pasar.
Una pequeña lágrima cayó por las mejillas de Elvira
—Yo también tengo terror—Esta lo miro—, terror de que Pablo nos haga algo o de que todo el pueblo nos rechace, de tu mamá nos eche del pueblo.
Se volvieron a abrazar, Bruno levantó despacio el mentón de Elvira mientras se acercaba a besarla.
Estaban en medio de un tierno beso, hasta que escucharon como tocaban la puerta de la casa, con algo de furia.
Ambos brincaron del susto separándose, mientras iban a la casa, Bruno confundido abrió, encontrándose con Pepa, que lo miraba enojada
—Herma...
—De hermana nada, estoy muy enojada contigo —Pepa entró a la casa rápido cerrando la puerta— ¿Por qué no fuiste a la pedida de mano de Dolores? Bobo, eres su tío favorito y no estuviste ahí ni siquiera para darle la bendición —La pelirroja se puso las manos en la cintura
—¿Cómo quieres que fuera sí no me invitaron? —El canoso frunció el ceño
—¿Qué?
—¡Nadie me invitó! —Reclamó— Me enteré que Dolores se iba a casar porque me mi mamá me lo dijo y todavía se atrevió a decirme que se "le olvidó invitarme"

ESTÁS LEYENDO
Perdóneme, porque he pecado
FanfictionBruno Madrigal es un sacerdote correcto y entregado a Dios. Elvira es una mujer honesta y trabajadora. La vida de ambos cambia cuando Bruno le da refugio a Elvira y ambos empiezan a caer en los encantos del contrario, orillados a pecar. El que esté...