La boda de Dolores fue realmente magnifica, Bruno se sentía realmente feliz por su sobrina y por hacer realidad su unión con Mariano.
A la boda asistió prácticamente todo el pueblo, menos Pablo y su familia, lo cual era un alivio, pues no causaría problemas.
La fiesta en la casa Madrigal era alegría y música por todos lados, el cielo se iluminó bonito por un increíble sol y arcoiris parte de Pepa, que estaba muy contenta. Aunque llovió solo un poco cuando Dolores y Mariano se dieron el "Sí, acepto".
Elvira estaba parada junto a Bruno, mientras todos veían a la pareja bailar. Era su primer baile de esposos.
Bruno miró a Elvira, está sonreía mientras veía a los novios. Bruno por un momento se imaginó lo bello que sería casarse con ella.
Después de un rato, Alma juntó a toda la familia para tomarse un foto.
Primero se tomaron una foto solamente Dolores y Mariano, luego ellos con la familia de Mariano y por último, todos los Madrigal.
Elvira se quedó junto a la demás de la gente del pueblo sonriendo viendo a todos los Madrigal juntos.
—¡Esperen! —Pepa dijo antes de que tomaran la foto mientras jalaba a Elvira— Quiero que estés en la foto.
—No, no, es foto de pura familia —Elvira nego con su cabeza.
—Anda —Pepa la volvió a jalar— Eres ya de la familia —Pepa le susurró
—Pero...
—Ponte aquí junto a mi hermano —Pepa la acomodó junto a Bruno quien sonrió ante esto
Dolores se veía muy contenta pero la cara de Alma era otra, se veía algo molesta por esto, pero no dijo nada.
La foto se tomó para luego seguir la fiesta. Elvira notó que Alma regañaba a Pepa, seguramente por invitarla a la foto, pero la pelirroja solo la ignoró.
Al caer la madrugada, Bruno y Elvira volvieron a casa.
Ambos aún no tenían sueño, así que Elvira lo jaló al patio trasero, para luego cruzar algunos arbustos y llegar al lugar escondido que daba al bosque y al río. Juntos se sentaron en el pasto mirando la luna y escuchando el agua correr del río.
—Fue lindo que mi hermana te invitara a la foto —Bruno le dio un besito en la mejilla a Elvira
—Vi que tú mamá la regañó después de la foto
—A mi mamá nada le parece, no le hagas caso —Bruno picó un poquito las costillas de Elvira, haciéndole cosquillas.
Bruno notó esto y siguió mientras la mujer comenzaba a reírse y a patalear, esta se recostó y Bruno también mientras dejaba de hacer aquello.
Se miraron un segundo, Bruno tomó la barbilla de Elvira para acercarla a él y darle un beso.
Se separaron, Bruno pudo ver como los ojos de Elvira brillaban con la luz de la luna.
—Te quería decir algo... Algo que traigo en mente desde hace mucho
—Dime...
—¿Qué te parecía irnos de aquí? A la ciudad, la ciudad es linda, comenzar de cero allá. Para poder vivir juntos y libres y...
Bruno no acabó de decir aquello cuando sintió que Elvira lo abrazaba fuerte.
—Sólo dime cuándo nos vamos, yo voy contigo a dónde sea.
—Hay que planear bien cómo y cuando nos iremos. Creo que yo tengo que ir a hablar con mi madre sobre que dejaré el sacerdocio.
Elvira asintió mientras llenaba la cara de Bruno de pequeños besitos, para luego mirar al cielo, agradeciendo porque por fin, tendrían la oportunidad de ser felices.
Las semanas comenzaron a pasar, con ayuda de Pepa, comenzaron a trazar un plan para irse sin decirle a nadie.
Se irían en la madrugada, pero tendrían que cruzar toda la montaña a pie, lo cual sería complicado, pero no imposible. De ahí, un amigo de Félix los estaría esperando para llevarlos a la estación de trenes e ir rumbo a Barranquilla.
Solo faltaba algo importante, decirle a sus sobrinas que se irían. Pepa juntó a Dolores y a Mirabel quien eran las más cercanas a él, Camilo también se unió.
Ya en la casa de Bruno, los tres sobrinos estaban confundidos.
—Debo hablarles de algo, ante todo les pido que sean comprensivos conmigo y con Elvira —Bruno los miró.
—Tío, nos estás asustando, dinos ya —Mirabel lo miró
Este suspiró fuerte, para tomar la mano de Elvira, sus sobrinos en esta acción, se pusieron demasiado confundidos.
—Elvira y yo estamos juntos, juntos como pareja y... Pronto nos iremos de Encanto.
—¿Qué? —Los tres dijeron al unísono.
—Les pido que se calmen y que me dejen explicar —Bruno los calmó— Yo jamás quisé ser sacerdote, nunca. Lo soy porque su abuela lo quiso, llevaba muchísimo tiempo antes de que Elvira viviera conmigo enamorada de ella. Realmente nos amamos y... Aquí no podemos vivir como una pareja normal.
Elvira sintió un mareo así que se sostuvo de la mesa, Bruno la sostuvo también mientras le acercaba una silla y la ayudaba a sentar.
—¿Estás bien, cariño? —Bruno la miró
—Sí, no te preocupes, solo fue un pequeño mareo
—¿No haz comido verdad? ¿Quieres que te prepare algo?
Sus tres sobrinos observaron aquella escena, ver a su tío tan atento y preocupado por la persona que amaba les ablandaba el corazón aunque estaban sorprendidos por la noticia.
—Tío... —Dolores habló despacio y este volteó— No te voy a negar que la noticia me dejó muy impactada, es algo extraño que de pronto nos digan esto, pero, te quiero decir que te apoyo y que te quiero. Y aunque te voy a extrañar mucho cuando te vayas, quiero verte feliz —Las lágrimas de Dolores se hicieron presentes mientras iba a abrazar a su tío, Mirabel se unió
—Que loco todo esto —Camilo se rascó la cabeza— ¿Tú ya sabías, má?
—Desde hace mucho —Pepa sonrió.
Camilo se levantó, mientras también se unía al abrazo, tal vez no lo comprendía del todo, pero sí su tío era feliz, era lo único que importaba.
—¿Cuándo se irán? —Mirabel preguntó quitándose los lentes y secándose las lágrimas de sus ojos.
—Aún no sabemos, pero esperemos que sea pronto.
Los tres sobrinos voltearon a ver a Elvira quien se seguía viendo mareada, la abrazaron fuerte también.
—Mereces ser feliz también con alguien que ames y te ame —Dolores dijo, mientras todos de nuevo, se ponían a llorar.
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Perdóneme, porque he pecado
FanfictieBruno Madrigal es un sacerdote correcto y entregado a Dios. Elvira es una mujer honesta y trabajadora. La vida de ambos cambia cuando Bruno le da refugio a Elvira y ambos empiezan a caer en los encantos del contrario, orillados a pecar. El que esté...