Antes de que sus historias como demonios comenzara, las lunas superiores y algunos acompañantes han sido teletransportadas a una sala de cine, donde dos seres les hacen una oferta;
-¡¿Ver el futuro?!
-¡¿Ver otras realidades?!
-¡¿Canciones acerca de...
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—¿Sigues estudiando?
Dos personas se encontraban en un cuarto más o menos extenso, pero con todas los objetos y cosas parecía poco espacioso. Una de las personas le cuestiono a la otra, este en respuesta solo asintió un poco
—¿Qué estas leyendo?
Realizando otra pregunta, espero la respuesta de su acompañante. La otra persona, sin embargo, solo produjo un sonido parecido a "Hm"
—Oh, vamos hermano... —suspiro —¿Qué te pasa? —pregunto preocupado —No has salido de nuestra habitación en dos días seguidos
Dejando de leer el libro por un momento, miro a su hermano
—¿Dos días?
—Sí. Dos días —confirmo —¿Has estado estudiando todo este tiempo?
—Sí. —respondió mientras se levantaba de la silla —Aunque he tomado descansos para dormir si es que te preocupa
Mirando a su hermano con preocupación, negó con la cabeza
—Se que tienes un examen muy importante, ¿Pero no crees que ya has estudiado suficiente?
—No. —frunció el ceño —Aun me falta estudiar algunos temas. Y no es solo un examen "Importante" —agrego —, el resultado de este examen será el que determine mi futuro académico
—Pero... Faltan más de dos semanas para...
—Elián —lo interrumpió —Por favor...
Al escuchar esto sus cachetes se inflaron
—Eres malo, Badir...
—Soy realista. —corrigió —Ahora se un buen hermano menor y tráeme un café
El menor rodo los ojos
—¿Qué le vez al café? —Pregunto intrigado —Lo bebes en la mañana, en la tarde, en la noche, y hasta en la madrugada
—Me mantiene en línea y despierto —explica —, ahora ve y tráeme uno
—Hmp —entrecerró los ojos —La gaseosa es mejor —intento provocar una discusión para hablar más con su hermano
—No tengo tiempo para peleas banales, Elián...
Suspirando resignado, se dio la vuelta para dirigirse a la puerta
—¿Qué tipo de café quieres? —pregunto sin verlo
—Grano. —responde —Por cierto... Prometo que te recompensare el tiempo que te he descuidado
—Siempre dices lo mismo. Ya no sé si creerte...
—No seas dramático —sonrió —, te cumpliré tus caprichos luego
