¡Respiración lunar!

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—¡Hermano, cálmate! —el menor de los hermanos trataba de calmar

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—¡Hermano, cálmate! —el menor de los hermanos trataba de calmar.

—¡A mi nadie me empareja, hijos de puta!  —gritaba con rabia.

—Hermano, no digas groserías ni insultes a las madres de los espectadores. Ellas tienen dignidad y se merecen respet-

—¡Qué te calles! —apuntaba con la pistola de estampados de lunas.

—Hermano, tú siempre has sido mejor en todo que yo ¿Verdad?

—Halagarme no hará que me calme, Elían-

—Has sido el mejor en todo menos en una cosa...

—Insultarme tampoco hará que me calme. Y eso es mentira ¿En que me podrías superar tú? —veía con superioridad.

El menor solo sonreía un poco y rápidamente se trasportaba detrás de su hermano mayor. Con un empuje su hermano cayó directo al suelo. Incapacitándolo haciendo uso de su peso, con una de sus manos libres le quito el arma.

—Estado físico —respondía el menor —Siempre fuiste más de estudiar que de hacer ejercicio

—Porqué no me hace falta, maldito —gruñía mientras intentaba liberarse —¡Suéltame, maldita sea!  

—No hasta que te calmes...

—¡Yo no me voy a calmar hasta que acabe con sus vidas! —decía como loco.

—Entonces no te soltare... 

Badir gruñía con enojo, ahora maldice no haber hecho ejercicio en su vida cotidiana, él solo se la pasaba estudiando, cuidando de su hermano y nada más, para él el ejercicio era impensable. De repente su corazón volvió a sentir un fuerte dolor que lo hizo retorcerse.

—Hermano, fingir que te da un paro cardiaco no hará que te suelte —el menor declaraba, su hermano era una persona ingeniosa que recurría a cualquier método para obtener lo que quería, la manipulación era una de ellas.

Badir abría los ojos, su corazón le dolía, le dolía mucho, este dolor era peor que el anterior, de verdad estaba teniendo un ataque.

¡¿Qué me pasa?! —pensaba aterrado para luego desmayarse.

—¿Hermano? —el menor se percataba de que tal vez no estaba fingiendo.

En el lugar del examen, la mujer a regañadientes tomo el lápiz que por obligación debía usar para la parte de matemáticas. Badir por alguna razón había aparecido como una especie de alma en pena en al lado de la vigilante.

¿Qué hago aquí? ¿Me morí? —preguntaba asustado —¿Esa es la señorita del café? —preguntaba con ojos llorosos —¡Señorita! ¿Ese es mi examen? —pensaba con el ceño fruncido.

Odio las matemáticas. Son una constante universal que existe en todos los universos y civilizaciones. Solo que usan distintas representaciones para usarla. Pero para mi es la misma mierda —la vigilante veía la pregunta con odio.

ᴛʜᴇ ᴜᴘᴘᴇʀ ᴍᴏᴏɴꜱ ʀᴇᴀᴄᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora