Antes de que sus historias como demonios comenzara, las lunas superiores y algunos acompañantes han sido teletransportadas a una sala de cine, donde dos seres les hacen una oferta;
-¡¿Ver el futuro?!
-¡¿Ver otras realidades?!
-¡¿Canciones acerca de...
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Koyuki al escuchar esto se sonrojaba —Iba a decir que no era plana —murmuraba con vergüenza —. Pero para ti puedo serlo si quieres... —susurraba.
—Estos dos se olvidaron que sigo aquí —Keizo parpadeo y se palmeo la cara.
—¿No te parece lindo? —la madre de Dōma preguntaba —Tú hija encontró el amor, y es ni más ni menos que tu alumno.
—Para mi sorpresa, creo que fue lo mejor —admite.
—El amor siempre es lo mejor... —la mujer sonreía recordando el día que se casó con su esposo, sin lugar a dudas fue el mejor momento de su vida.
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—Vuelvo a decirlo... Se me hace verlo así —Yorīchi miraba a Muzan como patrón con cierta incertidumbre en su mente.
—Y yo vuelvo a decir mi postura respecto a esto... Para mi casi no hay diferencia —Michikatsu mencionaba, para él, el mirar a Muzan o a un Ubuyashiki era como mirar a dos gotas de agua, pueden tener algo diferente, pero son casi como lo mismo, y eso da miedo.
—Parece que Hakuji-dono tiene problemas de ira —Dōma decía de forma graciosa.
—Está llegando a su limite —la madre del niño suelta una carcajada —¿Por qué crees que será, hijo?
—Supongo que alguien lo hizo enojar —dice pensativo —. Me pregunto... ¿Quién habrá sido? —obviamente sabe quien es, él, pero, solo quiere jugar.
Hakuji tenia un tic en el ojo —¿Qué hice para merecer esto? —se preguntaba a él y a los dioses —Primero me quitan a mi padre... Luego a Koyuki y a mi maestro... Después me vuelvo demonio y deshonro las enseñanzas del Soryū y ahora... Me toca aguantar sin importar el universo a un insensible que finge ser un idiota ¿Es que acaso la desgracia me persigue? —una vena se remarco en la parte superior derecha de su frente.
—Sé fuerte, Hakuji —Keizo decía lo mismo que Muzan.
—Hakuji-san... ¡Animo! —Koyuki animaba por lo bajo —¡Tú puedes resistir!
—La verdad... Es admirable que pueda aguantarlo tanto tiempo —Nakime admite por lo bajo, por lo que vio, la personalidad falsa de Dōma es casi o más insoportable que los hombres que se la viven gritando por apuestas en su tiempo.
