Antes de que sus historias como demonios comenzara, las lunas superiores y algunos acompañantes han sido teletransportadas a una sala de cine, donde dos seres les hacen una oferta;
-¡¿Ver el futuro?!
-¡¿Ver otras realidades?!
-¡¿Canciones acerca de...
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—Qué sabrán del mal y el bien, yo no soy lo que ven —canturreaba mientras preparaba el café.
Esta vez escogió la opción de café tostado como la bebida que tomaría.
—Todo el mundo durmiendo y yo sigo soñando, ¿Por qué? —seguía canturreando.
Presionando un pequeño botón en el horno creaba unas pequeñas galletas con chispas de chocolate.
—Sus palabras susurran mentiras que nunca creeré —terminaba de canturrear al servir el café en su taza.
Poniendo la taza en una bandeja junto a las pequeñas galletas con chispas de chocolate comenzaba a sonreír.
—Ya qué mi hermano está dormido, hay más galletas para mi —pensaba mientras veía fijamente a las galletas —Me pregunto en que parte de la canción de los pilares están —tomando la bandeja, se proponía a ir a comer en su lugar de trabajo, como siempre lo ha hecho.
Al llegar a su lugar de trabajo, específicamente un escritorio donde un computador estaba instalado y conectado a un reproductor, también había dos sillas, bastante cómodas para ser sillas para trabajar, pero no se queja, ni que sea muy difícil darle a reproducir a un video.
—Oh, van en la parte de Rengoku —veía mientras se sentaba en la silla mas grande y cómoda, que evidentemente, era la silla de la vigilante, después de todo, solo una persona como ella, y como él, una hermana mayor, podía tener una silla mejor que la del menor.
Comenzaba a morder un poco una de las galletas.
—¿Y ustedes qué?—le preguntaba a los dos muñecos que seguían en su lugar.
Uno de los muñecos se cayó un poco.
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