𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍. the story

111 22 1
                                    


CAPÍTULO SIETE
la historia

CAPÍTULO SIETEla historia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Un grito agudo partió el cielo nocturno.

—¿Qué fue eso? —preguntó Bilbo, corriendo hacia donde Kili, Fili y Alenia estaban sentados alrededor de una hoguera.

—Orcos. —Respondió Kili, mirando a las llamas.

—¿Orcos? —aclaró Bilbo, esperando haber escuchado mal.

—Cortadores de gargantas. Habrá docenas de ellos ahí fuera. Las tierras bajas están plagadas de ellos. —Dijo Fili.

—Atacan de madrugada, cuando todos duermen. Rápidos y silenciosos; sin gritos, sólo mucha sangre —Kili añadió.

—¿Crees que eso es divertido? ¿Crees que una incursión nocturna de orcos es una broma? —preguntó Alenia en voz baja, con la mente reviviendo la noche del asesinato de sus padres.

Los hermanos compartieron una mirada, antes de que Kili rodeara a la joven con un brazo. —No queríamos decir nada con eso.

Alenia se soltó del brazo del joven enano y se levantó, caminando hacia el acantilado para sentarse en el borde, con las piernas colgando.

—No, no lo sabías. No sabes nada del mundo. —Alenia oyó decir a Thorin, antes de que éste se pusiera cerca de ella en el acantilado.

—No le hagas caso, muchacho. Thorin tiene más motivos que la mayoría para odiar a los orcos. Después de que el dragón tomara la Montaña Solitaria, el rey Thror intentó recuperar el antiguo reino enano de Moria. Pero nuestro enemigo llegó primero, —dijo Balin.

Tomó aire antes de continuar: —Moria había sido tomada por legiones de orcos liderados por el más vil de su raza: Azog, el Profanador. El gigantesco orco de Gundabad había jurado acabar con el linaje de Durin. Comenzó por decapitar al Rey. Thrain, el padre de Thorin, se volvió loco de dolor. Desapareció, hecho prisionero o asesinado, no lo sabíamos. Nos quedamos sin líder. La derrota y la muerte estaban sobre nosotros. Fue entonces cuando lo vi: un joven príncipe enano enfrentándose al Orco Pálido. Estaba solo contra este terrible enemigo, con su armadura rota... blandiendo nada más que una rama de roble como escudo. Azog, el Profanador, aprendió ese día que la línea de Durin no se rompería tan fácilmente.

Alenia pudo oír cómo los enanos que estaban dormidos se despertaban, volviéndose para mirar a su líder, mientras Balin continuaba: —Nuestras fuerzas se unieron e hicieron retroceder a los orcos. Nuestro enemigo había sido derrotado. Pero esa noche no hubo fiesta, ni canción, pues nuestros muertos estaban más allá de la cuenta del dolor. Los pocos que habíamos sobrevivido.

Oyó que Thorin se volvía para mirar a los enanos, así que giró la cabeza para mirarlo también.

—Y entonces pensé: hay uno al que podría seguir. Hay uno al que podría llamar Rey.

Los pasos de Thorin se alejaron del acantilado, de vuelta al fuego.

—¿Y el Orco Pálido? ¿Qué le pasó? —preguntó Bilbo. Alenia se estremeció al oír el nombre, recordando el dolor que le había causado a ella y a su familia.

—Se escabulló de vuelta al agujero de donde vino. La mugre murió de sus heridas hace tiempo.

Alenia se estremeció.

Kili la miró, extrañado. Ella se dio la vuelta, mirando a la luna, ocultando las lágrimas silenciosas que rodaban por sus mejillas.

—Gandalf, ¿qué pasa con Alenia? —Oyó preguntar al príncipe de pelo oscuro.

—Esa no es mi historia para compartir. —El mago respondió con tristeza.

Alenia se puso en pie y cogió su manta del flanco de Livvy, y se acurrucó junto a su caballo. El mundo se oscureció mientras ella se dormía.

THE ADDITION ━━ kili durinWhere stories live. Discover now