𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍. the kiss

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CAPÍTULO TRECE
el beso



Los enanos, Alenia y Bilbo se habían despertado al amanecer, y partieron prontamente, urgidos por Gandalf.

—El Consejo Blanco sabe que estan aquí, y su líder, Sauruman el Blanco, intentará detenerlos. Deben avanzar, mientras yo los distraigo aquí, en Rivendel. Me reuniré con ustedes en las Montañas Brumosas, esperenme allí. —Dijo Gandalf. Luego le dio una palmada en el hombro a Thorin, antes de caminar de regreso a la ciudad, como si no tuviera idea de lo que ocurría a sus espaldas, y no les hubiera advertido deliberadamente que se marcharan antes.

Los enanos y Bilbo dieron media vuelta y emprendieron la marcha hacia las montañas, con Alenia rezagada. Se volvió y echó un último vistazo a su hogar de diez años, antes de ponerse en marcha tras los enanos.

—Esten alerta; estamos a punto de cruzar el borde de lo Salvaje. Balin, tú conoces estos caminos; guíanos, —dijo Thorin.

—Sí, —declaró Balin, abriéndose paso hacia el frente.

Bilbo se volvió y lanzó una mirada anhelante a Rivendel. Alenia lo notó rezagado.

—Sabes, después de que termine todo este viaje, si quisieras vivir con los elfos, estoy segura de que te acogerían.

Bilbo sonrió suavemente, pensando en la idea.

—Maestro Bolsón, Lady Alenia, les sugiero que sigamos, —volvió a llamar Thorin.

Ambos intercambiaron miradas, antes de que la semielfa enlazara los brazos del hobbit. —Vamos, vayamos a molestar a Fee y Kee.

—¿Te gusta, entonces?, —preguntó el hobbit, en voz baja.

Alenia vaciló. —Supongo que sí. Nunca me había gustado nadie, así que no estoy segura.

Bilbo soltó una risita. —¿Sientes que el corazón se te va a salir del pecho cuando lo miras?

Alenia exhaló un suspiro, antes de asentir.

—Eso es lo que se siente, —avanzó el hobbit, dejando a la semielfa mirando tras él con asombro.














La lluvia caía a cántaros sobre ellos, mientras la Compañía se adentraba en las Montañas Brumosas. El camino que seguían era poco más que un estrecho afloramiento en la ladera de la montaña. El paisaje rocoso temblaba con cada trueno, con cada relámpago.

—¡Aguanten! —gritó Thorin.

La parte del camino sobre la que estaba Bilbo se desmoronó, haciendo que el hobbit cayera, antes de que Alenia lo agarrara y lo arrastrara hacia atrás.

—¡Debemos encontrar refugio! —gritó Alenia a su líder. Thorin asintió.

—¡Cuidado! —bramó Dwalin, mientras una roca era lanzada por los aires hacia su lado de la montaña. La roca gigante se partió, haciendo que la Compañía se apretara contra la pared, evitando los escombros que se desplomaron.

THE ADDITION ━━ kili durinWhere stories live. Discover now