Cale escapa de casa

Parte 3

De camino a la mansión empezó a llover y mientras caminaba por las desoladas calles se encontró con los dos gatitos que siempre lo seguían, empezaron a frotarse en su pantalón intentando llamar su atención y el no pudo evitar soltar un suspiro más tarde se le vio yendo con dos gatitos a mano hasta la mansión.

Fue recibido por Hans que se exalto al verlo entrar con dos gatitos.

- ¡Joven maestro ¿Qué es eso?!

El solo rodo los ojos y dijo.

- No digas estupideces y tómalos.

- Estos son... ¡Que lindos y adorables gatitos ha traído!

Dirigiéndose a Cale le pregunta.

- Joven maestro ¿Puedo cuidar de estos gatitos?

- Como quieras.

Dijo mientras se daba la vuelta y se iba, pero de repente paro y se dio la vuelta y dijo.

- Como consejo, ellos se callan si les das comida y los dos son hermanos.

- ¿Uh?

Los dos gatos se estremecen.

- ¿Pensaron que no lo sabría?

Y se fue.

A la mañana siguiente seguía lloviendo y el fue a la Fragancia de té con poesía.

- Parece que no hay nadie por la lluvia.

Le dijo a Billos al entrar.

- Bienvenido joven maestro.

- Prometí volver, necesitaba cumplir mi promesa.

- Por supuesto ¿Debería preparar el té y el libro de la ultima vez?

- Si.

Dijo mientras subía las escaleras.

Más al rato Billos subió con la taza de té y el libro de Cale escuchando a Cale chasquear la lengua mientras miraba la lluvia por la ventana.

- La lluvia esta demasiado fuerte ¿No?

Billos. Al principio Billos no es muy importante pero más tarde le prometerá lealtad a Choi Han mostrando su ambición.

El no odio las personas ambiciosas ya que eso es humano.

- Joven maestro, parece haber cambiado. No es como su apodo.

- ¿Depresivo?

- Billos, no puedes llamar a tu padre como tal, tampoco a tu hermano así que ¿Continuaras de ese modo? ¿Estás satisfecho con tu vida? Se la respuesta. He vivido depresivo 10 años de mi vida.

Dijo mientras la daba una mirada de soslayo.

- Billos, no puedo vivir depresivo para siempre ¿No es lo mismo para ti?

Billos aguanto una risa pero no aguanto las siguientes y empezó a reírse, después de un rato volteo a ver a Cale con una mirada oscura pero llena de ambición y dijo.

- En serio, estoy cansado de ello.

Al poco tiempo Cale le pidió algo a Billos de cerca en la oreja en un volumen tan bajo que no se pudo escuchar el resto de tiempo hubo silencio entre los dos hasta que termino su libro y taza de té y se fue sin prometer volver.

Al llegar a casa se encuentra con los gatitos resplandeciendo.

- Oh, con que siguen aquí.

Aparece Hans y dice.

- Joven maestro ¿Qué piensas? ¿No son lindos, encantadores y adorables? Aunque no me dejan acariciarlos.

Dijo Hans resplandeciendo tirándose en el suelo estando más bajo que los gatos.