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85. Macbeth XXVI

Tao Ran se paró en la esquina del corredor del hospital, mirando y bloqueando el camino. Cuando algún personal médico que empujaba una cama de hospital le pidió con impaciencia: "Abra paso, por favor", se pegó a la pared como si despertara de un sueño.

"... Comisario Tao, hola, Capitán adjunto Tao, ¿todavía está allí?"

Mientras su mente vacilaba, Tao Ran no había escuchado lo que había dicho Lang Qiao.  Bajó apresuradamente la cabeza y se rascó la nariz. "Sí, estoy aquí, ¿qué más hay?"

Lang Qiao bajó la voz. "Recientemente, primero Zhou Junmao murió en este país, luego está el secuestro de Zhou Huaijin y el apuñalamiento de Zhou Huaixin, y ahora Zheng Kaifeng y Yang Bo han estallado… Estas personas no son plebeyos. Comisario Tao, tiene que prepararse. El director Lu se enteró de esto y se apresuró a regresar de inmediato, y antes de que se sentara, lo llamaron por teléfono".

Tao Ran frunció el ceño. "¿Qué quieres decir?"

Lang Qiao suspiró. "Te lo diré sin rodeos: el clan Zhou ha realizado muchas inversiones nacionales en los últimos años, y su respaldo en el extranjero está aún más arraigado. Desde que comenzamos nuestra investigación sobre su compañía aquí, esas personas han estado pensando en formas de obstruirnos. Ahora están haciendo un escándalo por la muerte de Zheng Kaifeng y el arresto de Zhou Huaijin y Hu Zhenyu sin explicación. Hay noticias en los medios extranjeros que dicen que se trata de un complot doméstico contra el clan Zhou. Acabamos de recibir un aviso urgente pidiéndole al jefe que presente un informe escrito de todo lo que sucedió hoy y que escriba un autoexamen. Antes de que concluya la investigación interna, la persona a cargo será temporalmente… suspendida de sus funciones".

Tao Ran se reclinó contra la pared blanca moteada del hospital, sin importarle que le cayera polvo blanco por toda la espalda. Hizo una pausa por un segundo. "No te escuché claramente, Xiao Qiao. Dilo otra vez".

Lang Qiao no se atrevió a emitir ningún sonido.

La lengua de Tao Ran recorrió su boca tres veces, contando claramente cada una de sus muelas del juicio. Ejerciendo una fuerza increíble, logró no decir nada.

Si antes había estado cubierto de sudor, trabajando de un lado a otro pero helado hasta la médula por la aprensión, entonces ahora, mientras la temperatura corporal de Tao Ran había bajado gradualmente por el viento de la noche de otoño, sus órganos internos parecían haber caído en un olla hirviendo, ira turbulenta encendiendo toda la sangre en su cuerpo. Tao Ran respiró hondo varias veces sin compensar el oxígeno consumido en la combustión.

Tao Ran preguntó: "¿Qué dijo el director Lu?"

"No hay nada que el director Lu pueda hacer", dijo Lang Qiao. "Estas dos cosas que sucedieron hoy fueron tan grandes y causaron una mala impresión. Hay todo lo que podrías desear ahora, teorías de conspiración, gente que sospecha que nuestro manejo de los casos es irregular y que somos incompetentes. Sabes que primero estuvo el asunto de Wang Hongliang, y todo el mundo sigue pendiente de él. Mucha gente piensa que no se puede confiar en la policía…"

Lo bueno no se va por la puerta, lo malo se va unos mil li.

Arremeter solo en medio de una banda de traficantes de drogas para obtener evidencia crucial, liderar de manera competente el rescate de un autobús lleno de niños secuestrados, trabajar toda la noche para encontrar evidencia para descubrir un importante caso sin resolver de hace más de veinte años: eso fue todo como debería ser, todo parte del trabajo, no tenía sentido mencionarlo.

Solo cuando algo salía mal, todos entraban en pánico y comenzaban a señalar con el dedo; por un tiempo, todos parecían estar dotados de ojos penetrantes que podían ver a través de tu uniforme y piel la palabra "conspiración" incrustada en cada grieta de tus huesos.