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163. Edmond Dantès XXXIV

Fei Du tenía dos teléfonos. Uno estaba comparativamente limpio. Aparte de guardar en él un poco de trabajo fotográfico personal en momentos ocasionales, lo usaba para recibir y hacer llamadas telefónicas, y todos los que contactaba eran importantes; le había dado este a Luo Wenzhou antes de irse. 

El otro lo había traído con él. Estaba lleno de todo tipo de cosas. Tan pronto como lo encendió, los anuncios silbantes, los saludos de sus compañeros de bebida y los recordatorios de actualización de software casi colapsaron el teléfono. No mostró ninguna felicidad cuando le dijeron que podía irse. "¿Así que me puedo ir? ¿Han cuestionado a Su Cheng? ¿Cuál es su problema?" 

El investigador se ahogó con su repentina pregunta, porque no habían encontrado ni un sólo cabello de la cabeza de Su Cheng. 

Se encontró un automóvil de alquiler abandonado cerca de una puerta de peaje de salida en la autopista Norte de Yan. Las huellas dactilares de Su Cheng estaban en el volante. Esa fue la última señal de él. Luego pareció haberse desvanecido de la faz de la tierra, huyendo sin dejar rastro… No, si realmente se hubiera escapado, estaría bien; el peor resultado es que puede que ya haya sido silenciado. 

Pero no podía mencionar estos detalles de la investigación a Fei Du, por lo que el investigador evitó el tema central y dijo: "Con respecto a los problemas de la propiedad bajo el estandarte de su empresa y Su Cheng, todavía estamos investigando en este momento. Hasta que todos los detalles del caso hayan salido a la luz, todavía está bajo sospecha, presidente Fei, por lo que, aunque lo liberen, es posible que aún realicemos una investigación de seguimiento. Por favor, comprenda cuando llegue el momento". 

Fei Du miró hacia arriba. La mirada escondida detrás de sus lentes inexplicablemente hizo que el investigador se sintiera incómodo. Por un momento, incluso pensó que había algo demoníaco en el color de los irises de Fei Du. Ni siquiera podía decir si Fei Du sólo había estado preguntando casualmente o si era un individuo sospechoso que lo sondeaba. 

El tono del investigador se enfrió involuntariamente. "¿Necesita que enviemos un auto para que lo lleve?" 

La luz destelló en los lentes de Fei Du, interrumpiendo su mirada; de repente cambió, convirtiéndose una vez más en ese joven inteligente pero sin experiencia. "Escuché al último investigador decir que el auto que la compañía envió a recogerme chocó a mitad de camino. ¿Alguien estaba tratando de matarme?" 

El investigador dijo: "Podemos enviar una escolta, hacer todo lo posible para preservar su seguridad personal, presidente Fei". 

Fei Du empujó sus anteojos y sonrió irónicamente. "Incluso si todo está bien en el camino, ¿qué pasa si entran a mi casa? No podría soportarlo. Incluso podría molestar a los vecinos. Todos están de vacaciones ahora, ni siquiera sería posible contratar a un trabajador por hora, mucho menos un guardaespaldas. ¿Qué tal esto, mire, puedo esperar aquí un rato a que alguien de  casa venga a recogerme?" 

Todos aquellos que habían investigado los antecedentes de Fei Du sabían que "alguien de casa" significaba Luo Wenzhou. El investigador pensó que era muy indecente, pero no podía objetar esta solicitud. "Eso podría funcionar, pero mientras espera, no puede andar por ahí". 

"Me quedaré aquí. No iré a ninguna parte". Fei Du levantó su teléfono celular hacia él. "Sólo présteme un cargador". 

El investigador lo miró, todavía pensando que había algunas cosas inapropiadas sobre Fei Du. Las opiniones de todo el equipo de investigación sobre Fei Du estaban polarizadas. Algunas personas pensaron que era un joven inocente y desconectado, que bien podría haber sido incriminado y asesinado por Su Cheng si no hubiera tenido suerte. Los demás, sin embargo, pensaron que no era tan simple. Estar confinado e investigado durante días justo antes del Año Nuevo habría sido una calamidad inesperada para cualquiera, pero cuando lo pensabas, durante todo el proceso, Fei Du había cooperado activamente, nada nervioso, respondiendo a todo lo que le preguntaban sin cualquier resistencia.