Ahora entiendo

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El piso de mi habitación estaba adornado con pañuelos donde estaban plasmados pequeños puntos de sangre, mi vista estaba nublada y tenía esa sensación desagradable de nauseas, ¿qué mierda había estado haciendo?.

Necesito limpiar todo este desastre, realmente estoy jodido.

-Oh querido hermanito, ¿me ayudarías ahora que más te necesito?.- me decía a mi mismo en bajito mientras levantaba los pañuelos, los junte todos y como pude los envolví en otros limpios, si papá o alguien los encuentra, estaré realmente muerto.

Creo que tuve un pequeño ¿colapso?, no creo que lo pueda llamar así,igual fue pequeño, pequeño de una semana quizá, no sabia realmente cuanto tiempo había pasado desde la ultima escenita que tuve con Dee, pero me había estado torturando en ese tiempo, todo lo que quiero ahora es a el, lo único que necesito ahora es a ese rubio que se ha robado mi corazón, mis suspiros, mis pensamientos, y mis mas vergonzosas fantasías.

En mi celular pude ver que era domingo, no eramos mucho de salir los fines de semana como familia, pero esta vez lo hicimos, algo tranquilo, papá nos llevo a un gran parque donde hay una zona de Food Trucks, mamá estaba más que feliz con tantas delicias que vendían ahí. 

Cada quien pidió algo distinto, yo me pedí unas papas fritas, realmente no tenia mucho apetito, mi hermano el cual había estado actuando como si yo no existiera, y yo nos íbamos a sentar con mis papás pero nos aventaron para otra mesa, una que estaba algo alejada de la de ellos, perfecto, era mi momento de hablar, o mejor dicho rogar. 

Comía mis papitas en silencio, mis ojos se desviaban de mi comida hacia el rubio de perfectos rizos sentado enfrente de mi, veía como comía su hamburguesa en silencio mientras su mirada se posaba en quien sabe qué, comencé a sentir un nudo en mi garganta, no podía tragar mas mi comida, así que hable. 

-Por favor, no me abandones.- mi tono de voz era suave, en un intento de lucir lo más calmado posible, de inmediato sus ojos se posaron sobre los míos, nuestras miradas de nuevo se conectaban y sentía como mi corazón volvía a latir descontroladamente. 

-¿Qué estas diciendo?.-

-Por favor, no me abandones, eres lo único que quiero.- no podía apartar mis ojos de los suyos, aun me mantenía calmado.

-No hagas esto ahora.- dijo y desvió su mirada a sabe donde de nuevo, no se le escuchaba enojado, solo fue indiferente.

-Por favor, Dee, de verdad quiero que hablemos esto.-

-No es el lugar ni el momento, Heavy.-

-¿Y cuando lo será?, respóndeme eso, porque no puedes solo gritarme y hacer como que no existo.- 

-No sigas, Heavy.- podía ver como comenzaba a enojarse y apretaba sus puños.

-¿Qué? me vas a decir que todo lo que sentías, lo que yo te hacia sentir, desapareció en ese instante, ¿fue así?.- no dijo nada, su expresión era de verdadero enojo, pero tampoco me miraba.

-¡Dee!.- intente llamar su atención, pero  acabe con su paciencia, se levanto de la banca y se fue, acto que imite, no iba a permitir que esto quedara así, intente seguirle el paso, casi que corriendo, hasta que se detuvo en seco donde ya no había gente.

-¡No!, no fue así.- alzo la voz, de nuevo estábamos frente a frente, pero a pocos centímetros esta vez.

-Me hiciste probar tu “veneno”, y ahora.- hizo una pausa y una pequeña risa salio de su boca.-ahora no puedo con la maldición.- me tomo de la muñeca y me acerco hasta el, lo dudo por un momento pero termino uniendo sus labios con los míos. 

No me iba a quejar, realmente extrañaba sus estúpidos labios sabor a vainilla, pero una escena de esos labios chocando con los de aquella chica inundó mi cabeza, me dieron náuseas.

𝙤𝙝 𝙙𝙚𝙖𝙧 𝙙𝙞𝙖𝙧𝙮, 𝙞 𝙛𝙚𝙡𝙡 𝙞𝙣 𝙡𝙤𝙫𝙚 | 𝘿𝙚𝙚𝙭𝙃𝙚𝙖𝙫𝙮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora