𝙤𝙝 𝙙𝙚𝙖𝙧 𝙙𝙞𝙖𝙧𝙮, 𝙞 𝙛𝙚𝙡𝙡 𝙞𝙣 𝙡𝙤𝙫𝙚 | 𝘿𝙚𝙚𝙭𝙃𝙚𝙖𝙫𝙮|

Tormenta agridulce

TW! Autolesiones

(...)

He perdido la cuenta de las veces que he entrado a la farmacia a comprar banditas, tal vez ya hasta me las termine todas, el chico del mostrador cada vez me ve más extraño.

-Disculpa.- habló aquel chico con bata blanca.

Deje de buscar el dinero en mi mochila y lo mire, esperando lo que sea que iba a decirme.

-Sé que no debo meterme en asuntos ajenos, pero, ¿para qué utilizas tantas banditas?.- rió nerviosamente.

Me quedé unos segundos buscando una respuesta socialmente aceptable, pero simplemente no llegó.

Deje de mirarlo y saque el dinero de mi mochila para ponerlo en el mostrador, me cobró y salí tan rápido como pude de ahí.

Necesito cambiar de farmacia.

(...)

No he hablado mucho con Dee desde lo sucedido, solo simples monólogos o cosas irrelevantes a la hora de la comida o la cena, no es algo que me quite el aliento ya que retome un pasatiempo que me mantiene ocupado.

Llegue a casa un poco más tarde un día, de igual forma mis padres no habían llegado aún, estaba silencioso como siempre, subí a mi habitación y pude notar como la puerta estaba entre abierta, fruncí el seño y empuje la puerta dejando ver a aquel rubio poniendo patas para arriba mi habitación.

-¿Qué mierda haces?.- pregunte tranquilo con una clara expresión de incredulidad.

No me contestó, solo siguió buscando algo entre todas mis cosas, en el armario, en mis cajones.

-Dee, te estoy hablando, ¿qué mierda te sucede?.- me acerque más a el, aún seguía manteniendo la calma.

-¿Dónde están?.- por fin se digno a mirarme.

-¿Qué?.- ladee la cabeza.

Se acercó rápido a mí y tomó mi muñeca.

-¡Oye! ¿Qué haces?.- me asuste por el repentino agarré.

Subió aquella pulsera negra que siempre usaba dejando ver unas marcas rojizas y ligeramente moradas.

Me solté bruscamente de su agarre y volví a bajar la pulsera.

-Y ya me imagino como deben de estar tus muslos.-

-¡Callate! Como si realmente te importará.- le grité.

-Damelas, Heavy.- su tono de voz era demandante.

-No te voy a dar una mierda, salté de mi habitación.- señale la puerta con mi dedo índice.

-Heavy, deja de comportarte como un idiota y dame las navajas de una buena vez.- se acercó peligrosamente a mi, solo dejando unos pocos centímetros de distancia entre nosotros.

-¿Si no lo hago, qué? ¿Me vas a golpear de nuevo?.- hablé firmemente.

Se veía molesto, más de lo habitual, en un movimiento rápido tomó mi rostro entre sus manos y unió sus labios contra los míos, ahí estaba de nuevo ese sabor a tabaco y helado de vainilla, debí haberlo empujado o algo pero me deje llevar, anhelaba tanto ese gusto de sus labios, nos separamos un momento en busca de aire, pase mi lengua por mis labios mientras mantenía mi mirada en el suelo.

-Heavy, ¿donde están?.- volvió a preguntar en bajito.

Lo miré fijamente, no dije nada pero inconscientemente me delate, mi mirada se desvió rápidamente hacía la cama y de nuevo hacía Dee.