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Sujin le había insistido tanto a Sunhee para hacer la fiesta de pijamas, que no había podido decirle que no. Al principio no tenía muchas ganas y le había sido honesta sobre el tema, pero tras pensarlo, no le pareció tan mala idea.
No le había contado a ninguna de sus amigas sobre el beso con Felix, no porque no confiase en ellas, sino porque no creía estar lista para tener una conversación sobre el asunto ni tampoco para soltar todo lo que sentía, aún menos cuando ya habían hablado de ello.
Aunque estaba al tanto de que no se iba a librar, las conocía muy bien y de alguna manera, siempre notaban cuando algo le ocurría, sabían ver muy bien lo que les intentaba ocultar.
No se había dado cuenta de su cambio de humor hasta que Sujin lo había mencionado por el grupo. En aquel instante, había tratado de poner excusas sobre su actitud, pero ninguna había funcionado.
Incluso había pensado en hacer lo mismo esa noche, pero tras meditarlo bastante, entendió que necesitaba soltar todo y que alguien le dijera qué hacer, porque ni ella lo sabía.
—Por favor, intenta que Sujin no haga de las suyas —pidió su madre, lo que causó la risa de Sunhee—. Sé cómo es y hoy me apetece dormir, quiero aprovechar que mañana no tengo que trabajar. Con esto no digo que no os divirtáis, pero recordad que no seréis las únicas en esta casa —apuntó con un tono gracioso y tras aquello, se dirigió a las escaleras para irse a su habitación, seguida de Dasom.
—Lo intentaré, pero no prometo nada —respondió con una sonrisa ladeada, la cual no pudo ver la señora al estar de espaldas—. Buenas noches, mamá.
—Buenas noches, mi niña, y dile a las chicas que lo siento por no recibirlas, pero hoy estoy agotada —se disculpó mientras se giraba para conectar la mirada con su hija, quien asintió.
Unos minutos después, cuando ya estaba sola, recibió un mensaje por parte de Felix, en el que le deseaba que descansara bien y que esperaba verla pronto. No pudo evitar que se le escapase una sonrisa tras leerlo.
Si quitaba el hecho de que se habían besado y que a ambos le había gustado, seguían siendo amigos. Por pedido de Sunhee su relación no había dado ningún paso más, aunque se notaba que había algunas cosas si habían cambiado; la forma en la que se hablaban, cómo se referían al otro...
Estuvo hablando con él sobre diferentes temas hasta que el joven tuvo que despedirse, sin olvidarse de mencionar el hecho de que debían quedar en algún momento. Se le hacía bastante extraño que el idol insistiera tanto para verse, incluso había sugerido hacer videollamadas varias veces.
Pero no iba a comerse la cabeza por eso, prefería hablar con él cuando todo en su mente estuviera en orden y aclarar qué pasaba entre ambos, algo que no tardaría en ocurrir.
Decidió ponerse a leer, ya que no sabía qué más hacer, llevaba unos minutos cuando escuchó el sonido de un mensaje donde Sujin la avisaba de que las tres ya se encontraban fuera. Habían decidido hacerlo de esa manera para no molestar a su madre.
