Cinco segundos después. Blink Arcade, centro comercial YG.
¡Un golpazo!
Lisa se encontró con la mirada sorprendida y confusa de Rosé. "¡Mierda! Casi me dan un infarto tú y tarada de Seulgi".
Cuando la tailandesa no se movió y se limitó a apoyar la espalda contra la puerta, Rosé prosiguió: "Tan rápido. Creía que alguien te estaba buscando".
"Es ella, Rosie", dijo Lisa, esperando no sonar asustada. "Es Jennie".
Rosé quedó estupefacta. "¿En serio? Entonces, ¿qué haces aquí metida? Ve a hablar con ella".
"No puedo". Lisa se puso severa. No podía simplemente hablar con Jennie cuando sabía que seguía 'ardida' con la morena. De hecho, aún no estaba preparada para hablar con ella en absoluto.
¿Y si la cago diciendo cosas de las que luego me arrepentiría para siempre?, se dijo Lisa. No confiaba en sí misma. Tenía experiencia de primera mano.
"Mira, Lis. Sé que hay una razón por la que dijo esas huevadas", dijo Rosé, poniéndose de pie. "¿No quieres, digamos, escucharla?"
Cuando vio los ojos de Lisa, los mismos ojos temerosos de los que Rosé siempre había sido testigo, comprendió entonces por qué su mejor amiga estaba actuando como lo estaba haciendo ahora.
"¿Puedes decirle que estoy ocupada, por favor?", preguntó Lisa. No estaba ocupada, pero conociéndose, probablemente cedería ante esos hermosos ojos felinos, olvidando por completo que Jennie no se merece en absoluto su amabilidad.
No es el momento para eso, pensó Lisa.
"Está bien", fue todo lo que Rosé alcanzó a decir mientras apretaba ligeramente los hombros de Lisa. Luego salió de la cabina.
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Dos horas después. Fuera del centro comercial YG.
"Chahee tenía razón. Eres puro trabajo y nada de diversión", la voz de Jennie llenó el aire fresco de la noche, sorprendiendo a Lisa junto a la farola de la entrada del centro comercial. Era evidente que la morena la había esperado hasta que terminara su turno.
Lisa decidió no responder y pasó junto a ella, haciendo que Jennie gimiera y corriera tras ella.
"O simplemente me estás evitando. Lo cual es completamente comprensible, para ser honesta".
"¿Qué quieres, Jennie?" No era una pregunta. Fue más bien un suspiro exasperado.
"¿Necesitas que te lleve a casa?" Preguntó Jennie, ignorando el tono con que Lisa se dirigía a ella. "Puedo llevarte a casa. Tengo un Jeep aparcado cerca. Bueno, en realidad no es mi auto, es el de mi tío Jiyong."
"Vete a casa, Jennie", respondió Lisa escuetamente. Continuó, en dirección a la pequeña cafetería 24 h a la que iba todas las noches.
Hubo otro silencio, pero Lisa supo que los pequeños pasos detrás de ella eran de la morena.
"¿Puedes por favor parar un minuto y hablar conmigo?", suplicó Jennie, con una voz tan suave que Lisa sintió que se gelatinaban las rodillas. La tailandesa sabía que no le serviría de nada detenerse ahora.
Finalmente, Lisa llegó a la cafetería y se pidió una cena, fideos con atún. Después de pagar en la caja, buscó un sitio para sentarse. Incluso de noche, el local estaba lleno de universitarios estudiando y de borrachos que acababan de llegar de una fiesta nocturna.
Mientras seguía buscando, se fijó en una mesa ocupada por la mismísima Jennie, que sonreía y le hacía señas con la mano. Se puso en pie y, vacilante, se dio la vuelta y optó por sentarse en los taburetes que había junto a la barra, los destinados a los comensales solitarios como ella.
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Cita a ciegas que salió mal
Fanfiction"Tienes que estar bromeando", fueron las ofensivas palabras lanzadas por la pequeña chica de cabello castaño ondulado y ojos felinos. A pesar de su tono degradante, Lisa no podía evitar reconocer que la morena del vestido azul floreado era la chica...