Capítulo 2

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Al día siguiente, por la mañana. Parque Square Up.

Una vuelta más, se dijo Lisa. Con un pie delante del otro.

Lisa se detuvo al sentir que sus pulmones iban a estallar. El parque estaba casi vacío a las 7 de la mañana de un sábado. Pudo ver a algunas personas paseando a sus perros, a otras desayunando junto al camión de comida y a una que probablemente tenía resaca de la noche del viernes y que ahora estaba siendo vigilada por un policía.

Después de recuperar la compostura y la respiración, Lisa decidió volver al apartamento. La noche anterior había sido intensa. Lisa no se esperaba lo que había ocurrido.

La única chica hetero por la que Lisa había estado suspirando mientras intentaba superarlo era la hermana de la propietaria. Espera, hermanastra, aclaró Jennie. Quién iba a pensar que eran parientes. Y ahora, a Lisa le preocupaba tener que buscarse otro lugar donde vivir.

En realidad, dependía de la morena más pequeña, para ser honesta. No es que a Lisa no le importara asumir riesgos, pero por el aspecto de Jennie la noche anterior, se daba cuenta de que a ella tampoco le entusiasmaban las circunstancias.

Anoche, después de que las hermanas hablaran y Jennie se calmara, Chahee fue a verla a su habitación y le dio la conversación de "mi hermana se le cruzó los cables". Y la mirada de Chahee mostraba una seriedad que ella no había visto antes. Y Lisa admitió que Chahee ni siquiera le caía bien. Cierto en parte.

"¿Qué hablas, chucha?", respondió Chahee. "Es la persona más simpática de nuestro pueblo. Le cae bien a todo el mundo".

Lisa suspiró. "Eso es también lo que dijo después de tirarme una olla en la cara".

"Huh." Chahee resopló palteada. "Eso es nuevo. No puedo creer que mi hermana pueda hacer eso. Debe odiarte profundamente".


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El mismo día, por la mañana. El apartamento de Chahee.

Cuando Lisa llegó al apartamento después de correr por la mañana, vio inmediatamente a Jennie estirándose en una alfombra en la sala. Yoga.

En un rincón sonaba una extraña música relajante, pero en lo que primero se fijó Lisa fue en la esbelta figura de Jennie.

Las curvas de su cuerpo se acentuaban con los ajustados leggings que llevaba. Y la camiseta de tirantes recortada dejaba ver parte de sus abdominales. Lisa apartó inmediatamente la mirada mientras se dirigía rápidamente hacia el baño. No tenía ni idea de que Jennie parecía aún más perfecta debajo de esos estrafalarios vestidos cortos que siempre llevaba.

Lisa se bañó rápidamente y se quitó de la mente los pensamientos sobre Jennie. Luego miró alrededor del baño. Casi dos tercios del espacio estaban ya ocupados por los productos para el cabello y baño de Jennie. Y lo peor era que olían tan bien que Lisa no pudo evitar olisquearlos.

Así que, después de todo, decidió quedarse, pensó Lisa mientras chorros de agua caliente le golpeaban la nuca.

Estoy jodida, era su definición porque sabía qué hacer a continuación. Aún no había confiado la situación a sus amigos. Pero estaba segura de que se reirían de ella. El destino era cruel con Lisa.

Minutos después, Lisa se envolvió en una toalla y volvió de puntillas a su dormitorio. Jennie ya había terminado su yoga matutino y ahora se relajaba junto a la ventana. Sus miradas se cruzaron y Lisa juró que Jennie tenía las mejillas sonrojadas, pero podía estar imaginándoselo.

"Buenos días, estrellitas". Anunció Chahee al salir del dormitorio. "¡Hoy es un hermoso día! El comienzo de algo nuevo. Paz y amor, y..."

Chahee miró a Lisa, que seguía en toalla. "Uh la la la, Hotstuff, ¡andas arrecha últimamente!".

Cita a ciegas que salió malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora