Capítulo 22

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Semanas más tarde, por la tarde Blink Arcade, centro comercial YG.

Hacía semanas que Lisa y Jennie no se hablaban. La morena había estado evitando a la tailandesa. Lisa lo sabía porque ella no estaba evitando a la morena. De hecho, era todo lo contrario.

Lisa había intentado pasar aunque fuera un poco de tiempo con Jennie. La extrañaba. Pero incluso cuando llegaba a casa y encendía la televisión en la sala, Jennie se limitaba a saludarla al entrar y luego se iba directamente a su dormitorio. Era la misma rutina todos los días.

A Lisa le había molestado tanto que Irene empezaba a darse cuenta. Irene y ella aún no eran oficialmente novias, pero las compañeras de la hermandad de ella ya las consideraban pareja.

Lisa aún se preocupaba por la chica de cabello oscuro. Irene no había sido más que amable e increíble con la tailandesa. Irene hacía todo lo posible por hacerla reír. Y por eso Lisa se quedó. Por eso Lisa decidió no creer y esperar a Jennie.

Rosé tosió detrás de Lisa, sorprendiéndola. A Lisa casi se le cae la bola de bolos que se estaba limpiando con el pie.

"¿Soñando despierta con tu crush?" se burló Rosé mientras tomaba asiento al lado de donde estaba la tailandesa, cogiendo una bola de bolos y un trapo. No había ningún cliente en ese momento, ahora que el centro comercial estaba a punto de cerrar en una hora.

"Es que... es tan injusto", soltó de repente la tailandesa, como si hubiera estado esperando algún tipo de liberación. Y su mejor amiga era el canal.

"¿Qué pasa?"

Lisa suspiró mientras se desplomaba en un asiento a su lado, con la mirada perdida en los carriles vacíos que tenían delante.

"Creía que estaba haciendo lo correcto", dijo Lisa.

Rosé apretó los labios. "Pero el corazón quiere lo que quiere, lo sabes muy bien".

Lisa giró la cabeza para mirar a su mejor amiga. Tenía razón. Era cierto. Su mente hablaba de Irene pero su corazón latía con el nombre de Jennie.

"Ta' mare. La extraño muchísimo, Rosie", admitió Lisa. El brazo de Rosie rodeó los hombros de la tailandesa y le dio un ligero tirón.

"Todo irá bien, pronto..." Entonces Rosé la soltó y cogió otro bolo.

Lisa se rió y preguntó: "Ya, mucha huevada hablar de mí... ¿Cómo van las cosas con Jisoo?"

Rosé sonrió. "Van bien... muy bien. Salimos los fines de semana... Nos quedamos en mi apartamento la mayor parte del tiempo..."

La tailandesa podía sentir que Rosé dudaba en decir algo. La chica se estaba limpiando la misma mancha del bolo varias veces. "¿Pero?"

Su mejor amiga exhaló un suspiro de derrota. "Le dijo a su mamá... sobre nosotras..."

Los ojos de la tailandesa se abrieron de par en par, esperando lo peor a juzgar por el rostro de Rosé.

Rosé continuó. "Su madre no se lo tomó bien... dijo que Jisoo estaba confundida..."

Lisa interrumpió. "Pero ambas mayores ahora para saber la diferencia entre lo que es real y lo que no-"

"Lo sé", replicó Rosé. "Pero... su madre le metió cochinadas en la mente. Y Jisoo ha estado actuando de forma extraña conmigo desde entonces, preguntando a cuántas chicas y chicos me había ligado antes que a ella..."

"Pucha, eso es horrible..."

"Lo sé. Rosé se mordió los labios temblorosos. "Al menos su padre nos aprueba."

Cita a ciegas que salió malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora