Que Melgarejo era un valiente y un hombre de rompe y rasga, es una verdad que no ha menester que se trate de probarla, porque está en la conciencia nacional.
En agosto de 1865, dirigíase el general Melgarejo a Sucre, viniendo del norte, para pasar a Potosi en persecución del ejército constitucional mandado por el general Flores, y al cual derrotó después de un sangriento combate en la Cantería de Potosi, el 5 de septiembre de aquel año.
Al pasar el famoso Río Grande, que se halla entre los departamentos de Cochabamba y Chuquisaca, la mujer de un soldado fue arrastrada por la corriente impetuosa de las aguas y no pudiendo salvarla varios soldados que fueron en su auxílio, la infeliz empezaba a ahogarse.
Viendo esto el presidente Melgarejo, metió las espuelas en su brioso caballo lobuno que montaba aquel día, diciendo : “Donde está Melgarejo nadie se ahoga”. Y como para inspirar mayor confianza a la tropa en su valiente jefe, dio alcance a la mujer del soldado y cogiéndola por los cabellos, salió con ella y la criatura de ésta, a la opuesta orilla.
El ejército, que le contemplaba absorto, recibió con gritos de entusiasmo y con una salva de vítores y aplausos a su abnegado jefe.
La mujer y su hijita fueron atendidas por el cirujano, quien nos refirió este episodio.
Para continuar la marcha, y careciendo de montura la citada rabona, el general Melgarejo completó su magnanimidad, haciéndole dar una de sus bestias de silla; una hermosa mula color encerado, que a él le había regalado el honorable general Ravelo.
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El general Melgarejo
Non-FictionEl general Melgarejo : Dichos y hechos de este célebre hombre. Fue publicado por primera vez en el año de 1913 por el tarijeño Tomás O' Connor D'arlach.