Venezuela

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Nos quedamos afuera del cuarto donde estaban haciéndole su cirugía a Iraq, yo con el sudor en mis manos de los nervios y mi pecho temblando.

- No puedo creer que estuviera mal todo este tiempo y no nos diéramos cuenta - Líbano murmullo sentado a mi lado.

- Seguro no quería preocuparnos - Saudi suspiro - Pobre... debió de estar sufriendo demasiado.

Syria se mantuvo alejado de nosotros, viendo el suelo en silencio.

- Yo no esperaba menos - Irán suspiro - Jamas no dice nada.

- Pues... si estaba un poco mal... a veces veía como le sangraba la oreja pero no sabía que era así de grave - murmullé.

- Osea, ¿sabias que estaba mal y no hiciste nada? - Syria levantó la cara hacia mi con el ceño fruncido.

- Eh... - mire a todos los demás que me veían con curiosidad - Digo yo... yo creía que no era nada así de malo.

- Maldito hijo de perra - Syria se acercó a mi con la intención de pegarme.

Líbano se levantó, tomándolo de los brazos para apartarlo

- Syria no hagas nada de lo que te arrepientas después - lo alejó un poco.

- ¿Vas a defender a ese idiota? - me apunto - ¡Vio a Iraq sufrir y no hizo nada!.

- No lo hizo con mala intención - me defendió.

- ¿Como sabes? - me miro - ¿lo conoces personalmente?.

Líbano se volteó a verme, sabía que las palabras de Syria le estaban calando por que ya no se veía tan seguro.

- Ya se por que no dijo nada, querías su dinero - se acercó más a mi, ahora sin nadie que lo detenga.

- No no para nada - Levante los brazos protegiendo mi cara pero este las tomo von fuerza.

- Claro que si, eres un maldito muerto de hambre - me jalo de la muñeca tumbándome al suelo - He estado investigando sobre tu patético pedazo de tierra, hundido en miseria y problemas económicos no tienes ni para bañarte.

Me hinqué mirando hacia arriba listo para defenderme

- Ya basta Syria - Saudi se levantó.

- Silenció mujer, no te metas - le gritó, girándose de regreso a mi - Eres una sanguijuela, esperando a que muera a ver si puedes sacar provecho de él.

- No es cierto - negué con la cabeza.

- Eres su maldita perra sexual, encima de él como una gata en celo - levantó el pie pateando mi barbilla y tumbándome al suelo.

- ¡BASTA! - Líbano lo tomo del brazo y lo alejó - Nos van a sacar del hospital por tu culpa.

Me tome la barbilla viendo sangre cayendo en mi mano

- No me importa si me sacan, este chico esta deshonrando a nuestra familia, Emiratos quiere desterrar a Iraq por su culpa - me apunto enojado - Yo no voy a permitir que eso pase.

Irán se levantó, acercándose a ayudarme, Syria lo tomo de la muñeca y lo jalo hacia Líbano

- No te acerques a él, o que ¿sientes compasión de él? - le gruño - ¿Te sientes identificado con él?.

- Syria no friegues - Irán susurró - La Guerra te dejo peor que a Iraq.

Saudí me puso una servilleta en la barbilla para que ya no manchara más mi ropa blanca.

- ¿Tu que sabes de la guerra, Irán? - Syria le gritó enfurecido.

- Solo se que deja a la gente idiota, como a ti por ejemplo - le gruño - Le andas pegando a alguien que ni siquiera a devuelto el golpe, que poco honor tienes.

- Es una escoria - me apunto - Esta convirtiendo a nuestro hermano en algo que no era.

- Él se me insinuó primero - susurré.

Todos se quedaron petrificados, mirándome con los ojos bien abiertos como si hubiera dicho una grosería. Syria se volteó con la cara roja de la furia

- ¿Que dijiste? - gruño, apretando los puños.

- Que él se me insinuó primero, y él me regalaba cosas yo nunca le pedí nada - le di las gracias a Saudí por la servilleta.

- No intentes echarle la culpa a mi hermano - se acercó a mi, pero Líbano se puso entre él y yo.

- Ya basta Syria - Líbano me puso detrás de su espalda protegiéndome - Ya basta.

- Yo no voy a permitir que ese muerto de hambre siga haciendo miserable la vida de Iraq - me apunto - ¿Que no quieres a tu hermano?.

- Lo quiero demasiado, pero yo se que esto no es lo que él querría.

Syria bufo con una sonrisa, riéndose de Líbano en su cara.

- Iraq siempre ha tenido inclinaciones homo sexuales - Irán miró a Syria - Eres el único que no lo ha aceptado aún.

Syria sin previo aviso se giró a Irán metiéndole un derechazo en la cara y tumbándolo al suelo.
Saudí pegó un grito de angustia, tirandose a los pies de Irán y abrazándolo para que Syria no le pegue mas.

Líbano lo tomo del cuello y lo aparto enojado, llevándoselo lejos de donde estábamos.

Syria tenía razón, estaba arruinándole la vida a Iraq, todo esto era mi culpa.
Sentía mis ojos llenarse de lágrimas mientras veía a Saudí llorar mientras abrazaba a Irán medio moribundo por el golpe.

Tenía que alejarme de la vida de Iraq antes de que la arruine más.

Me di la media vuelta, alejándome a la salida del hospital. Las lágrimas cayeron en mis mejillas mientras moqueaba, me cubrí la cara para que nadie me vea, sentía vergüenza, vergüenza por ocasionarle tanto daño a Iraq.

Lo amo, pero le estoy haciendo daño.

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