1850
- ¡Brasil despierta! - Portugal gritó a lo lejos.
Seguía postrado en mi cama, me pesaba siquiera levantarme, pero solo tenía una cosa en mente.
Hoy es mi cumpleaños 18.
Levanté la mirada hacia la ventana que daba a la costa. El olor a mar y la brisa que masajeaba mi cabello me hizo levantarme para amarrar las cortinas que volaban por toda la habitación.
Escuche el crujido de la madera debajo de mis pies, girándome a ver a Portugal con un platito de chocolates y un pequeño pastel en el centro.
- Feliz cumpleaños - sonrió.
Solté un suspiro con una sonrisita de lado, acercándome a ella para primero tomar el plato, luego darle un beso en la mejilla, sosteniendo su barbilla con mis dedos.
- Gracias Ma - mire uno de los chocolates en forma de estrella y me lo metí a la boca.
Se supone que a los 18 me tienen que mandar a estudiar a otro país, pero no estaba seguro de a cual.
Portugal me dijo que era necesario para aprender a tratar con otras personas y a tener un panorama amplio sobre política.A mi sinceramente no me parecía la idea de abandonar mi país por tanto tiempo. Pero ahorita estaba muy bien, se sostenía solo y no habría problema en que me vaya un tiempo.
- Ya están tus cofres listos - Portugal le dio palmadas a dos cofres llenos de ropa.
- ¿Se puede saber a dónde iré? - mire mi reflejo en el espejo, ya sentía mi cuerpo cambiar de tanto ejercicio.
Me sentía con más energía, robusto y ya rebasaba de altura a mi mamá.
-Pensaba que quizás... Japón sería un buen lugar para ti - me sonrío nerviosa, lo hace cuando no sabe cuál será mi reacción.
- ¿No pudiste buscar un lugar más aburrido? - coloqué mi cabello afro en una coleta - ¿Y más lejos?.
- Ey, no estás yendo a disfrutar, estás yendo a ser un mejor líder para cuando te deje aquí solo, para saber manejar a los humanos - se cruzó de brazos.
- Con la esclavitud abolida, hay muchísima población esclava que no tiene ni idea de qué hacer - suspire - No debería irme, menos a otro continente.
- Yo puedo encargarme de eso - Portugal se acercó un poco más.
- Sin ofender pero no eres la mejor resolviendo problemas.
- Tranquilo... tu ve a Japón... es súper bonito y la cultura es muy diferente, te va a gustar - llamó a los hombres para que se lleven mis cofres.
Salimos de la casa, viendo la carroza que me llevaría primero por Perú y luego de ahí tomaría un barco hacia Japón.
No quería irme, pero tenía que, si Portugal me lo dice es por que es importante.
- Mucha suerte cariño, quizás te alcance ahí - me sonrío, persignándome y dándome un beso en la mejilla.
- Enfócate en que todo esté bien aquí, por favor - me subí a la carroza, despidiéndome desde la ventana mientras me alejaba.
Duramos semanas en pasar hasta Perú, cuando llegamos a la frontera, ella quiso acompañarme hasta la costa.
La recordaba más pequeña, pero ya era una señorita de 16, delgadita pero con mejillas regordetas.
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Representantes
Action¡Hola! Bienvenidos a la parte 2 de Representantes. Esta es la continuación de los capítulos inconclusos de el primer libro. El primero podrán encontrarlo en mi cuenta. Espero sigan disfrutando de estas historias.