Egipto 11

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31 A.D.C

Me desperté en la madrugada con el sudor en la cara y mi corazón palpitando en mi cuello.
Otra vez había tenido ese sueño en el que me apuñalaban en la cabeza.

Mire el lado de mi cama buscando a Romano, pero no estaba. Con inquietud me levante, saliendo de mi cuarto, yendo a buscarlo a su oficina donde comúnmente estaba cuando no estaba en cama.

Los guardias estaban dormidos, ni con un grito se despertaban.
Abrí la puerta, viendo a Romano sentado en su silla, mirando unos papeles.

Cuando escucho el chillido de la puerta, tomo su espada, pero la soltó cuando vio que era yo

- Egipto... no son horas para estar despierta - suspiro aliviado.

- Perdón, tuve una pesadilla - susurre.

- Mmh, entra y cuéntame qué pasó - asentó las hojas a un lado.

Me senté en el respalda brazos, mis piernas pasando por encima de él

- Soñé que me apuñalaban... otra vez - me froté los brazos con frío.

- No volverás a tener por eso... te regresaré a tu territorio, ahí estarás más segura.

- ¿Y que contigo? - pregunte.

- Yo seguiré mi labores... sólo te quieren matar por... estar a mi lado - miro a otro lado.

- ¿Vendrás a visitarme? - incline mi cabeza para verlo a los ojos.

- No lo veo conveniente - susurro.

- ¿QUE? - grite - ¿PIENSAS DEJARME?.

- Lo hago por tu bien - intento que bajara la voz.

- No puedes dejarme, por favor no me dejes - tartamudee triste.

- Prometo visitar de vez en cuando.

- ¿Por que quieres abandonarme? - junte las cejas sintiendo mi corazón pesar.

- No quiero abandonarte, por favor entiende - me tomo ambas manos - Lo que quiero es que estés segura.

Me levante para irme furiosa, pero me tomo de la mano con fuerza y me acerco hacia él

- Egipto... - inclino la mirada para ver mis ojos - Este es un sacrificio para que estes bien.

Sentía mis ojos llenarse de lágrimas, pero no quería que me viera.
No quería quedarme sola, odiaba estar sola.

- Prefiero morir a tu lado que - me detuve en seco, mordiéndome la lengua para después mirarlo con shock.

¿Por que había dicho eso?, ¿en que momento se me pasó por la cabeza?.

- ¿Egipto? - me pregunto preocupado.

- Lo siento - tartamudee - Yo... entiendo ahora.

- Bien... lo único que quiero es tu seguridad - hizo una mueca de dolor - Aunque eso te aleje de mi.

Cerré los ojos, suspirando y soltando su mano, yéndome al cuarto a dormir.

No estaba siendo yo, tenía que despertar.

Actualidad

Portugal se regresó a su territorio, eso me dejaba a mí y a Israel solos.
No me quería levantar de la cama, haber quemado las hojas fue un poco doloroso para mí, pero Israel tenía otros planes en mente.

- Tengo que ir a la sinagoga - se paró al borde de mi cama - Ven conmigo.

- Mmmmmmmmmmh - me cubrí la cara - Es temprano.

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