Dos años y meses habían pasado desde la separación de los pequeños niños, Tsukishima entraba justamente ese día a la preparatoria, un paso menos para la vida que se venía venir para él. Notó días anteriores que se habían mudado gente a la antigua casa de su amigo Yamaguchi, pero no los había visto a la cara.
El rubio ya casi no recordaba la risa o la voz de Tadashi, pero en su mente estaban presentes esas hermosas pecas y piel morena. Aunque se dió cuenta que tiene que emprender camino hacia la preparatoria ya que era la ceremonia de ingreso y tal vez pasará lo mismo que los últimos años, no hablaría con nadie, pero él no se esperaba encontrarse con un viejo amigo.
—Buenos días mamá —bajó a la cocina de su casa, encontrándose con su madre. Su hermano ya estaba en la universidad y optó por irse a vivir al campus entonces eran los únicos en casa.
—Buenos días hijo, ¿Cómo te sientes? —acercó los platos del desayuno a la mesa del comedor- Siéntate ya está caliente todo.
—Pues hasta eso lo siento igual, no hay ninguna emoción —se sentó en una silla—. Pero pienso dar lo mejor de mi para poder convivir con la gente, aunque no prometo nada.
—Eres tan serio como cuando conocí a tu papá, JAJAJA —se sentó en la silla del comedor— tuviste que ser una copia exacta de él. Oh cierto ¿Viste que se mudaron a la casa de los Yamaguchi? ¿Crees que sean ellos?
—Si ví que se mudaron pero no sé si sea Yamaguchi, tal vez luego veré de quienes se trata.
—Bueno, pero primero come tienes que ir a la escuela con algo en la panza.
—Gracias por la comida.
Pasaron algunos minutos hasta que el rubio miró el reloj y noto que tenía que salir ya o llegaría tarde.
—Creo que me iré ahora mamá, gracias por todo. Nos vemos en la noche —tomó su bolso que tenía un llavero algo llamativo en uno de sus cierres.
—Nos vemos hijo, con cuidado, regresa con bien a casa —emprendió camino hacia la puerta de su hogar.
El rubio al estar fuera de su casa sacó su celular y sus auriculares para poner un poco de música camino a la escuela, quedaba un poco lejos pero aún así decidía ir caminando total, era ya costumbre.
Al pasar por el parque en el que conoció al pecoso noto la presencia de alguien "conocido", ese pelo color olivo y unas pequeñas pecas que adornaban su cuello, lo sabía, sabía quién era.
ESTÁS LEYENDO
𝙎𝙤𝙡𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙤𝙟𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙩𝙞 ~𝒯𝓈𝓊𝓀𝓀𝒾𝓎𝒶𝓂𝒶 💗
Fiksi Penggemar𝙴𝚗 𝙼𝚒𝚢𝚊𝚐𝚒 𝚞𝚗 𝙰𝚕𝚙𝚑𝚊 𝚢 𝚞𝚗 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚍𝚎 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘𝚜 𝚢 𝚞𝚗𝚊 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊ñ𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚎𝚡𝚒ó𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚕𝚎𝚝𝚘𝚜. 𝚄𝚗𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚛𝚎𝚕𝚊𝚝𝚊 𝚕�...