Al salir de la tienda vieron la hora y notaron que ya casi era la hora de comer, así que buscaron un lugar donde hacerlo.
Se decidieron por la comida rápida, llegando a McDonald's vieron el menú y pidieron algo sencillo, aunque Tadashi quería el juguete de la cajita feliz, pero sabía que no se iba a llenar con eso.
—¿Tu qué quieres Yamaguchi? —preguntó dejando las bolsas en la mesa donde comerían.
—Quiero una Habanero Ranch por favor —se sentó en la mensa.
—Okey, ahorita vengo, por suerte no hay tanta gente —fué en dirección al mostrador.
Mientras veía como se alejaba el rubio a pedirla un niño de tres o cuatro años se le acercó, tomándolo por su sudadera que tenía.
—Señor...*snif* —el pequeño limpiaba sus lágrimas, el pecoso volteo a mirarlo y le hablo de inmediato.
—¿Qué tienes pequeño? — su voz era angelical a oídos del niño, no sabía el porque se había acercado a él si había más personas a su alrededor. Estaba conciente de que él tenía un olor similar a su madre.
—Es que... —limpió de nuevo sus ojos— perdí a mi mamá, no se dónde está *snif* —agachó su mirada.
—No tienes que preocuparte, te ayudaré a buscarla —le acarició su cabeza haciendo que el niño alzará está.
—Señor... —recibió un sonido algo inaudible como respuesta— ¿Puedo abrazarlo?
—Claro, ven acá —lo tomó entre sus brazos alzándolo para ponerlo en sus piernas, al lograrlo lo abrazo con todas sus fuerzas, sabía que era difícil estar en esa situación.
—Muchas gracias... —al paso del tiempo el niño se quedaba tranquilo hasta que logro dormir.
—¿Cuánto tiempo has estado buscándola? Ya estás muy cansado —acarició el cabello del pequeño niño.
A lo lejos se encontraba el rubio recibiendo la comida, por suerte había sido rápida la preparación. Tomó la charola de comida y fue a la mesa donde se encontraba el pecoso.
Pero, se sorprendió al ver que estaba abrazando algo, mejor dicho ha alguien. Algo en su corazón se movió y decidió acelerar el paso.
Al llegar a la mesa se encontró con un Yamaguchi que abrazaba a un pequeño niño. Solamente le hizo señal de que no hiciera mucho ruido.
—¿Quién es él? —susurró.
—Se acercó a mi llorando porque no encontraba a su mamá —le acomodó su cabello.
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𝙎𝙤𝙡𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙩𝙚𝙣𝙜𝙤 𝙤𝙟𝙤𝙨 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙩𝙞 ~𝒯𝓈𝓊𝓀𝓀𝒾𝓎𝒶𝓂𝒶 💗
Hayran Kurgu𝙴𝚗 𝙼𝚒𝚢𝚊𝚐𝚒 𝚞𝚗 𝙰𝚕𝚙𝚑𝚊 𝚢 𝚞𝚗 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊 𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚍𝚎 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘𝚜 𝚢 𝚞𝚗𝚊 𝚎𝚡𝚝𝚛𝚊ñ𝚊 𝚌𝚘𝚗𝚎𝚡𝚒ó𝚗 𝚕𝚘𝚜 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛𝚜𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚕𝚎𝚝𝚘𝚜. 𝚄𝚗𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚛𝚎𝚕𝚊𝚝𝚊 𝚕�...