Complemento 1° [Minjeong | Terminada]

CAPÍTULO 20

Dos semanas después.

¿Por qué nos sentimos como las peores escorias cuando cometemos errores? 

Ese es el camino de una persona al darse cuenta de que pasos han dado mal. Porque el día en que asuman las consecuencias, llegarán a ser unos verdaderos seres humanos, y no perfectos mitos que crea la sociedad.

Ser humano es enfrentar la realidad.

Y no viviendo en una realidad alterna dónde nos escondemos de todo nuestros errores, mostrando quiénes no somos en verdad.

Escondiéndonos por miedo de nosotros mismos.

Prov. Hyunjin

¿Por qué me siento tan mal?

Si es mi culpa en primer lugar. Todos siempre tuvieron la razón y ahora por mis errores estoy en medio de una guerra conflictiva dentro de mis pensamientos, encerrado en uno de los baños del hospital.

No sé cómo tendría que dar la cara ahora.

Si salgo veré a quien me gusta sin decirle lo que en realidad pasa. 

Si salgo mi mundo no cambiará.

Seré siendo el idiota que huye de confesar todo lo que está pasando, sin querer soltar a ninguno de los dos.

Es ahí que aún recuerdo el día anterior cuando miré a Seungmin con Changbin. Se veían tan bien que pensé que sería mejor alejarme de él, pero a la vez, no tuve el pensamiento de hacer eso, sino de no dejarlo ir.

Porque ya lo he pasado.

Sé lo que pasa cuando se van.

Y tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo con quién me dió su amor en primera instancia, quien vio detrás de mis imperfecciones y quiso seguir a mi lado aún a pesar de saber que no era correspondido.

No quiero que me vuelvan a dejar, me vuelvan a ignorar y que parezcamos unos simples desconocidos después de mañana. Después de hoy, después de que todo acabe de una vez.

Sin embargo, dejando de lado eso. 

Cuando pienso en Lix… me siento aún peor. Soy la peor escoria de todas, hasta hice que mi mejor amigo cayera mal por mis palabras, acabando en un hospital del cual no puede salir hasta que logre despertar.

— ¿escucharon el caso del Idol que trajeron?

— Si, lamentable, esperemos que se recupere

Y es que nunca debí hacer todo mal.

Jamás debí haber dicho esas palabras en primer lugar. Porque tal vez si hubiese callado, aceptado que hacía mal, él no estaría en este momento en este estado tan deplorable, ni hubiese terminado con Minho.

¿Fue por mí? ¿Fue mi culpa?

Ahora sé que nunca debí hacerle esto a mi mejor amigo, debí haberme callado al escuchar cada una de sus palabras y las de Minho, porque ellos dos tenían tanta razón.