Little Bunny [Frennie]

🥀 Pasando un buen rato. 🥀

"Querido compañero".

Narra Bonnie.

Esas palabras hicieron eco en mi subconsciente, a cualquiera le dolería escuchar esas palabras de la persona que te gusta, pero yo... Yo me llené de paz, porque no solo me da entender que le importo, si no que también me aprecia. Pareja, novio u amigo, Foxy siempre ha sido un chico de expresar sus sentimientos todo el tiempo, y este detalle... Me da la verdadera razón por la que ser el mejor amigo de él es más que suficiente... Espera... ¿Suficiente?

–¡Bonnie! ¡No te quedes ahí!

Reaccioné, parpadee un par de veces al escuchar el llamado de mis compañeros. Mire al frente y Foxy ya no se encontraba ahí, me voltee para verlos y el ya nombrado se encontraba con el resto. Yo desvié mi mirada por unos segundos, me encontraba confundido, pero no era momento de cuestionar mis sentimientos.

Me reincorporé y fuí hacia ellos -. ¡Lo siento! Estaba pensando en algo -sonrei nervioso -. En fin ¿A dónde vamos ahora?

–Quería que fuéramos a una heladería que hay por aquí cerca, escuché que venden unas malteadas deliciosas ¡También incluyen helado adentro! —expreso felizmente Bratt.

–Entonces, vamos ¿No? —sonrei y empezamos a caminar.

En nuestro rumbo al lugar, el resto sacaba más y más temas de conversación, yo los escuchaba y me incluía cuando era necesario, pero lo cierto es que mi participación en esta no era mucha como una cree, pues mi mente me recordaba esa pequeña incógnita que yo mismo me formé en ese pequeño momento de debate emocional. Intenté ignorarlo y miré a los demás, luego mi vista se desvío un poco, observé a Foxy durante unos segundos y este se veía tranquilo hablando con nuestros compañeros, yo suspiré felizmente y decidí esperar a llegar a casa para sumergirme en mis pensamientos.

Narra Foxy.

Haberle entregado aquel brazalete fue una confirmación de mi aprecio hacia él. Mi amigo, mi mejor amigo. Yacía un tiempo que este logró atrapar mi cariño al poco tiempo que apareció en la pizzería, y ese pequeño detalle sería una demostración de ello. Eso y me decisión de abrirme un poco más, aprovecharé esta salida para ello.

Durante nuestra charla, habíamos llegado a la heladería, fuimos al mostrador y nos quedamos viendo la gran variedad de sabores que este lugar ofrecía.

–Mira esto... Se ve delicioso... —dijo uno de los muchachos mirando los helados con antojo.

–Bratt, no antojes —dijo Jennifer cruzada de brazos. El resto reímos de la reacción del contrario.

–Buenos días muchachos ¿Qué se les ofrece? —nos atendió una jóven con una sonrisa tranquila, uno de los presentes se dirigió a ella con claro nerviosismo.