Little Bunny [Frennie]

🥀 Primera grieta 🥀

05/03/2009, 13 años antes...

–Señor, hemos llegado —decia un hombre de traje abriendo una de las puertas traseras del auto, dejando el paso libre a la persona dentro de esta.

–Thanks, Jerry —se bajaba tranquilamente del carro un jóven de aspecto fuerte pero delgado, una piel morena adornada con algunas pecas en su rostro y manos; ojos azules igual de claros que el cielo, y un cabello bastante sedoso y brillante con una tonalidad castaña oscura.

–lo pasaré buscando a la misma hora de siempre, espere afuera cuando sea la hora de salida.

–Right —asintió y el conductor volvió a adentrarse en el carro, encendiendo esta y yéndose del lugar.

El jóven miró a su chofer irse, se quedó unos minutos afuera hasta perder el auto de vista. Luego, miró las puertas de la escuela con neutralidad y suspiró, arregló su cabello y entró tranquilamente al lugar, principalmente pasando por el gran jardín de la zona.

Tras haber llegado y entrado a su escuela, sintió varias miradas chocando junto a él, algo que ya de por sí se le hacía bastante normal. Todo al ser el típico chico popular que las chicas, y por supuesto, algunos chicos, morían por tener a su lado; sin dejar de lado el hecho de que pertenece a una de las familias más ricas y con los mejores reconocimientos del área internacional de la gastronomía y la administración de empresas en el mundo; algo insignificante para él, pero bueno.

Este correspondió las miradas de varias chicas y fanáticos y se fue directo a su salón, sin toparse o hablar con alguien en el trayecto.

Al haber llegado a su aula, sintió un peso cayendo sobre la espalda de él, alguna personita se había acercado y lo había abrazado. Por un momento había pensado de quien se trataba, así que se volteó tranquilamente para ver al susodicho y así fué.

–¡Buenos días, Freddy! —saludó una jóven de baja estatura, cuerpo llenito, piel clara, cabellos largos rubios y rizados, y unos bonitos ojos grandes color magenta.

–Chica —le sonríe levemente —. Buenos días, ya suponía que eras tú —le corresponde el abrazo.

–¿Cómo es posible? —le miró confundida.

– ¿Será porque eres la única que hace esas cosas...? —rie.

–Eres un tonto, oso gordo —frunce el ceño a forma de juego y se separa.

–Hey, no estoy gordo, solo soy de contextura media  —le dice indignado.

–Como tú digas —le sonríe y le da un beso en la mejilla — ¿Te apetece ir a sentarnos? Dentro de 15 minutos comenzarán las clases.

–Claro, no hay problema —va a sentarse junto a su amiga mientras es agarrado del brazo.

En ese momento, ambos jóvenes podían sentir y escuchar los murmullos y miradas de las personas. Realmente era de esperarse, y ni mucho les importaba, pues la gente creía que ambos amigos eran pareja desde hace tiempo. Pues la unión que estos mismos tenían era tan especial, que esto confundía muchísimo a la gente, hasta el punto de haberse creado un camino de especulaciones hacia la relación de ambos.