Little Bunny [Frennie]

🥀 Aliviando tus problemas. 🥀

Narrador omnisciente.

Y ahí lo vió, el conejo se encontró con un oso decaído, molesto, agotado y frustrado, su aura no emanaba ninguna pizca de superioridad y era muy preocupante, lo único que se podía sentir era la debilidad del pobre hombre. El menor sintió un pesar más grande al notarlo así, se preguntó de si realmente era tan grande el problema, así que el contrario para tratar de ser más sutil a la hora de ayudarlo, se sentó en una las sillas que estaban al frente del escritorio y lo miro con preocupación.

–¿Qué quieres? —pregunto el oso en su misma posición, sin verlo, simplemente fumando con una mirada perdida y distante.

El pelimorado tragó en seco y suspiró, haría su mayor esfuerzo para calmarlo al menos.

–Señor Freddy, no vengo por trabajo... Realmente siento que tampoco esté en condiciones de trabajar, está muy decaído y a simple vista no se ve para nada bien —mantiene una postura sería y directa.

–¿Ah? —lo mira — ¿Y quién eres tú para decirme que hacer? —dijo expectante con una mirada de indignación —. Y aunque si me esté sintiendo mal ¿Por qué te importaría a tí?

Al decir eso el conejo agachó sus orejas levemente y su expresión cambió a una de sorpresa. Y es que el oso tenía cierta razón en su pregunta ¿Por qué le debería de importar? Si lo piensa con más profundidad, hasta ahora el mayor no fue la persona más amable con él, y menos la más respetuosa.

Pero supongo que al final es un hábito normal en sí mismo, no le gustaba parecer la mamá de las personas pero supongo que eso es lo correcto... ¿No?, Al fin y al cabo, tampoco quiere trabajar con un jefe malhumorado, eso ya es un punto a su favor.

–Yo... Yo tengo el derecho de preocuparme... Y sí, usted tiene razón al decir que no debería de importarme, pero simplemente estoy aquí para aconsejarlo y hacerle más fácil el trabajo a los demás. Nadie quiere un jefe de malhumor —dijo sin más.

Exhala el humo del cigarro y lo apaga en el cenicero — ¿Acaso sabes de mi? ¿Sabes lo que me ocurre? ¿El por qué estoy así? ¡No sabes nada! —golpea la mesa del escritorio y pone ambas manos en su cara —. Sólo déjame, si los demás no me aguantan ya es su maldito problema —dijo en un tono agotado.

–... —desvia su mirada al piso y piensa sus acciones antes de hablar, ¿Debería irse de ahí? ¿Quedarse? Buff... Que agotador debe ser estar en esa situación.

Antes de que el conejo pudiera decir algo, escuchó unos suspiros entrecortados del mayor, lo miró con las cejas arqueadas y ahí el oso habló.

–Yo... No estoy bien, lo sé, pero es difícil... La única que sabe de mis problemas es Chica... Y solo he logrado incluirla en algo que no tiene que ver, realmente me gustaría un descanso, pero no es tan fácil ¿Vale? Yo solo quiero... mhm, ahg, olvídalo ¿Si? —levanta su cabeza y desvía su mirada a un costado de la habitación —. Solamente lárgate de aquí y no te entrom...