Capítulo 10

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Esa noche, tuvieron que fingir que degustaban la comida, la cual no querían probar por miedo a enfermarse. Kotoha los dejó solos y se fue a atender a Inosuke.

—¿Qué se supone que haces cuando te obliga a comerte esto? —Le preguntó Akaza, a lo que Doma acomodó la comida con los palillos sin siquiera haber probado un poco de ella.

—Yo no me lo como, se lo dono a la caridad, a cualquier mendigo que ande pasando hambre —Akaza lo miró con el ceño fruncido y Doma le sonrió—. Tampoco soy tan malo, Akaza, siempre hago obras de caridad, la comida que me donan es demasiada y no puedo comerla, así que se la doy a las organizaciones pobres.

—No te creo, un monstruo como tú no podría hacer tal cosa —Pero en el momento que dijo eso, Doma lo miró con seriedad.

—Pues este monstruo sí hace esas cosas, el que tiene bienes hace lo que quiere, no como cierta persona —Y ese comentario fue directo a la pobreza de Akaza, el cual no tenía ni medio, y Muzan no les paga.

—Desgraciado, sólo te aprovechas por las ofrendas de tus fieles, pues si fuera así, entonces monto un culto en algún lugar cercano y te derribo el negocio —Akaza intentó no parecer afectado pero se le notaba. Doma empezó a reírse.

—200 años de este culto no podrían ser superados por tu intento de culto nuevo, está difícil —Doma le sonrió con arrogancia y Akaza entrecerró la mirada, iba a atacar con todo.

—Tú me superaste en fuerza pese a que yo llevo 100 años más viviendo que tú, así que sí se puede —Akaza sonrió con arrogancia y Doma lo miró con sorpresa, eso no se lo esperaba.

—Pero igual, ni siquiera tienes para darte una casa digna, menos para construir todo un templo, y Muzan no te va a prestar dinero, a menos que quieras recurrir a lo que hace Daki, pero los hombres no se venden, y menos los feos como tú, o querrás revender las piezas de Gyokko, pero igual, sale más caro pagarle a él que lo que obtendrás en ganancia, así que lo tienes difícil, Akaza —Akaza dejó de sonreír mientras miraba todas las trabas que le ponía Doma, era difícil si se miraba de ese modo, pero eso no significaba que fuera imposible.

—Ya pareces hasta administrador de empresas, creo que si no fueras demonio te sentaría bien la carrera —El comentario de Akaza fue tomado por Doma como un cumplido, aunque éste no pensaba hacerle eso exactamente—. Pero lamentablemente, alguien tan deshonesto como tú sólo terminaría llevando todo en bancarrota.

—Es cierto, creo que Doma tendría más fama de estafador que de administrador, o tal vez, de derrochador de bienes, es un completo desastre —Gyokko también dio su opinión, lo cual no le agradó mucho a Doma, ambos coincidían en que era deshonesto y un desastre.

—Chicos, sé que me odian, pero tampoco es para que me lo vengan recordando, sé que sólo es parte de su resentimiento por ser lunas inferiores a mí —Eso sin duda hizo que a ambos les hirviera la sangre, pero sobre todo cuando lo vieron sonreír como si nada—. Pero créanme, cuando yo estaba en sus lugares, jamás tuve ningún problema con ustedes, simplemente fui ascendiendo y Muzan estaba conforme con mi progreso, no los superé porque quería, ni siquiera lo tenía pensado, simplemente pasó, es que siempre he tenido ese talento de ser especial, y tristemente hay muchos que no lo tienen —Y aunque intentaba sonar tranquilo, se notaba su arrogancia en su tono de voz.

—Todo eso es mentira, lo hiciste a propósito porque querías ver el mundo arder —Pero Doma negó con la cabeza ante el comentario de Akaza—. Claro que sí, cuando te conocí eras la sexta creciente, y nos superaste volando, no pasó mucho tiempo, ¡Si hace menos de 30 años eras la tercera!, ¿Cómo puedes explicarme eso?

—No sé, pero si te dijera que no tuve que pasar por la sexta menguante para llegar a creciente, seguro te molestarías más —Y eso sin duda molestó a Akaza, ¿Cómo no había pasado por esa etapa?

Tortura imperceptibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora