—¿Vas a venir al encuentro religioso? —Le preguntó Doma, pensando que Kotoha querría acompañarlo, pero Inosuke se quejó inmediatamente al escuchar su pregunta.
—No voy a poder estar, Doma, sabes cómo es Inosuke, y no quiero que termine llorando en el culto —Doma asintió mientras observaba al bebé y Kotoha se despidió, para ir a su habitación e intentar dormir a Inosuke.
Doma pensó que Kotoha no saldría de su habitación, así que decidió que si los fieles venían con cuentos depresivos, los devoraría para que no siguieran sufriendo, y él hacerse más fuerte.
Lo cual fue el caso, todos llegaron con una historia triste qué contar.
Kotoha notó que Inosuke no se dormía, andaba más inquieto de lo normal, así que pensó que tal vez tendría hambre, pero el bebé no paraba de mirar a la puerta. Eso siempre lo hacía cuando sabía que Doma atendía a sus fieles.
—¿Ahora sí quieres verlo?, sí que eres obstinado, Inosuke —Kotoha salió de su habitación a pasear al bebé pero luego se percató de que había un silencio mortal por todo el templo, no se escuchaban los fieles, ni Doma.
Sintió cómo un escalofrío recorría todo su cuerpo, esto se parecía a sus pesadillas, pero ahora sí estaba despierta, esa era la realidad.
Decidió acercarse a la sala de encuentros religiosos, ya llevaban allí dentro como al menos una hora, pero lo que más le aterró no fue eso, percibió un fuerte olor a sangre que venía del lugar.
Su cuerpo se congeló por completo, no podía ser posible, sus pesadillas no podían ser reales, o sí lo eran. No lo sabía, pero no quería abrir la puerta, tenía miedo de hacerlo.
Pero si no lo hacía, jamás conocería la verdad.
Abrió la puerta, sólo para revivir otra de sus pesadillas, cadáveres sobre charcos de sangre en el suelo y Doma devorando lo que parecía ser uno de sus brazos. El sujeto quedó aterrado cuando la vio.
—¿Qué...? —Kotoha quedó casi sin habla al contemplar semejante escena, su cuerpo temblaba y su cabeza le decía a gritos que saliera corriendo—. ¡¿PERO QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDO?!
—Kotoha... ¡Cálmate! —Doma estaba tan asustado como ella, soltando lo que tenía en las manos y limpiándose la boca con la manga de su ropa—. ¡Déjame explicártelo!
—¡TÚ A MÍ NO ME TIENES QUE EXPLICAR NADA!, ¡TODO ESTE TIEMPO FUISTE UN MALDITO ASESINO!, ¡MATAS A TUS FIELES!, ¡TE LOS COMES!, ¡¡¡ERES UN MONSTRUO!!! —Doma se levantó del suelo, observando a Kotoha con terror, sus manos salpicaban la sangre de sus fieles y su hambre se estaba descontrolando al no poder comerlos con tranquilidad.
—¡ESCÚCHAME! —Y le gritó, para que ella se callara, no podía seguir escuchando sus insultos y sus juicios—. ¡Esta es mi forma de trabajar!, ¡El maldito paraíso que creo para ellos está dentro de mí!, ¡Así que debo devorarlos si quieren vivir en paz porque en vida sólo eran almas sufrientes!, ¡Les estoy haciendo un favor!
—Se nota que estás demente —Kotoha no podía creer lo que estaba escuchando, Doma sin duda estaba mal de la cabeza, y no sólo eso, era un completo monstruo, era alguien peligroso—. ¡Te aprovechas de su sufrimiento para engañarlos con eso!, ¡Haciéndoles creer que eres su salvador!, ¡NO SON MÁS QUE MENTIRAS!, ¡LA ÚNICA VERDAD QUE EXISTE ES QUE ERES UN ASESINO Y ESTÁS MAL DE LA CABEZA! —Ella pudo ver cómo éste derramaba lágrimas incontrolablemente, pero no era el único, ella también estaba llorando—. ¿Y a mí también pensabas comerme?
—No —Pero ella no podía creerle, eso había sido demasiado.
Kotoha salió corriendo fuera del templo, no podía quedarse más allí, no donde un monstruo podía devorarla a ella y a su bebé en cualquier momento.
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Tortura imperceptible
FanfictionDoma (Douma), es un demonio incapaz de albergar sentimientos, por lo cual intentará provocarlos de forma enfermiza con el fin de poder al menos percibir emoción alguna. En su intento conocerá a una mujer que podría ser la salvación que espera, o tal...