"Dónde la tienes." Esbocé apretado mis puños y escuché esa risa socarrona característica de aquel tipo.
"Te recuerdo que es mi sobrina y puedo hacer con ella lo que me de la real gana, Styles."
Apreté mis labios y casi tiro el perchero cuando tiré bruscamente de la chaqueta para ponérmela con el móvil aún pegado a la oreja cubierta por tirabuzones.
"Juro que voy a ir y voy a romperte el cráneo como no me digas donde cojones la has llevado."
Subí al coche y arranqué pasando una mano por mi pelo. Ahora si estaba realmente jodido. No pensé y sólo me dediqué a actuar, dí un acelerón y comencé a conducir con una mano en el volante hacia su casa.
"¿Tanto te importa mi sobrina?" Rió.
¿Ella me importaba? Supongo que sí... Yo era un jodido cabrón y ella mi polo opuesto, también estaba jodida, pero no perdida. La meta no era enamorarse y nunca lo fue, la meta era hacerle daño... Supongo que lo conseguí, pero me enamoré... Joder yo la quería. Era la única capaz de enamorar a alguien un lunes por la mañana, la que pasa por delante de ti y es imposible no mirarle el culo, la que está perdida en un laberinto y busca la luz adecuada para salir; y es la única que puede calentar enero con tan sólo morderse el labio inferior.
Maldita sea, estaba enamorado.
"¿Sabes? No me importaría verte morir en el suelo de tu moqueta perfectamente limpia y que tus sirvientas corrieran como locas a llamar a la policía Collins."
Mi mirada seguía clavada en la carretera que iba pasando a gran velocidad bajo las ruedas de mi Audi negro. Por suerte su casa estaba a las afueras de Londres y no tuve que saltarme los putos semáforos.
"No amenaces con hechos que sabes que nunca ocurrirán."
"Harry Styles cumple las promesas, o amenazas, como quieras llamarlo."
Colgué y coloqué mi móvil en el bolsillo trasero de mis jeans negros. Aparqué justo enfrente de la gran casa, joder eso podría ser una réplica de la casa blanca. Sin pensarlo dos veces dí un portazo al cerrar la puerta del piloto y moví mis pies ligeramente hacia la puerta, la reja estaba levemente abierta y no pensé para nada en que todo aquello podría resultar una perfecta trampa. Caminé por el baldosado hasta la puerta principal donde comencé a aporrearla sin pensarlo dos veces. En ese preciso momento creí escuchar a Kim, es más, juro que la escuché gemir y gritar de forma que el corazón dió un fuerte golpe a mi pecho.
Cuando giré sobre mis talones me encontré a dos armarios empotrados a cada lado de las escaleras que posteriormente había subido. No me superaban en altura, pero eran mucho más anchos que yo. Los jodidos cabrones se aproximaron a mi y me vi obligado a repartir puñetazos a diestro y siniestro para poder dirigirme a la puerta trasera con la respiración violenta.
No me detuve ni a golpearla, simplemente la derribé de una patada y la vi, la vi a ella en el suelo, apoyada contra la pared, su mirada estaba perdida en un punto x de la habitación y ni se percató de que la puerta estaba en el suelo.
-K-Kim.- Dije entrecortadamente debido a mi violenta respiración. Sabía que Simon y compañía no tardarían en llegar, incluso cabría algún riesgo de que las sirenas de los coches de policía se escucharan afuera, pero ahora sólo estábamos ella y yo, yo y ella. Y joder que le habían hecho.
Me aproximé a ella poniéndome de cuclillas a su lado y le sostuve la cara entre mis manos. Su mirada seguía perdida, sus ojos estaban prácticamente nublados y había restos de lágrimas bajo sus mejillas hasta la comisura de sus labios. Era como si no estuviera aquí, como si estuviera perdida. Entonces fue cuando comencé a ser presa del pánico. Cuando sus ojos no enfocaban los mios, cuando sus labios permanecían en una fina línea, cuando respiraba; pero era como si no lo hiciera.
La había drogado. Metanfetamina.
-Vaya, Styles.- Rió sonoramente ese hijo de puta y yo me levanté despacio y con los nudillos blancos para ver como Kim caía lentamente hacia un lado cuando yo la solté y al cerrar los ojos le resbaló una lágrima. Ella sabía que estaba ocurriendo, pero no podía moverse debido al efecto de la metanfetamina. Esta droga te dejaba totalmente inmóvil, depende de la sustancia que inyectaras podría hasta matarte, lo increíble es que no la hubiera matado a ella. Era fuerte y débil a la vez, justo como la recuerdo.
-Qué le has dado hijo de puta.
Gruñí y en un abrir y cerrar de ojos me abalancé sobre él estampandolo contra la pared desde los cuellos de su perfecta camisa blanca ante sus risotadas.
-Es mi sobrina, Harry. No lo olvides
Sonrió con suficiencia y mis ganas de estamparle el puño en su estúpida cara aumentaban por momentos.
-¡Eso no te da derecho a drogarla cuando te de la jodida gana!- Elevé la voz y el sólo mantuvo su sonrisa fija. Justo cuando mi puño iba a estamparse en su jodida cara noté dos fuertes agarres en cada uno de mis brazos, mientras yo esbozaba que me soltará moviendo mis brazos, Simon se aproximaba a Kim y le cogía el mentón con algo de desprecio.
-Es preciosa ¿verdad?- Me sonrió de cuclillas junto a Kim y le apartó el pelo de la cara acariciando su mejilla. Yo respiraba agitado entre aquellos dos armarios empotrados, no estaba en mi plan acabar con un balazo en el brazo más que nada porque la quería a ella conmigo. No iba a dejarla aquí.
-No la toques.- Esbocé con los músculos y la mandíbula tensa y el rió sonoramente.
-Mi pequeña Kimberly... Recuerdo cuando murieron sus padres. Era tan inocente.- Su mirada se mantenía fija en el rostro de mi chica... quiero decir, la chica.. Mientras yo comenzaba a perder la paciencia poco a poco. -Y ahora es ya una mujercita.. Me odia, y yo la odio a ella.
-Estás loco.- Gruñí y recibí un fuerte puñetazo en el estómago provocando que un gemido escapase de mis labios junto a una leve tos.-Hijos de puta.- Susurré mientras los rizos caían sobre mi frente.
-Voy a destruirla.- Pasó su pulgar por la mejilla de Kim y cuando la navaja rozó mi cadera recordé que la llevaba encima. -A ella y a ti. Si la quieres tanto como demuestras márchate y déjala aquí, conmigo, donde debe estar.- Esbozó mirándome y noté como su mandíbula se tensó al dar con mis ojos, que apuesto que tomaron un color esmeralda casi inaludible.
-Sería muy gilipollas si la dejara aquí, ¿no crees?- Sonreí sarcástico. -Y mucho menos con un degradado mental como tú.
Simon canceló el espacio entre nosotros y me proporcionó varios puñetazos en los pómulos, sentí como la sangre bajaba por mi labio y tuve que tragarme la bilis que subía por mi garganta.
-¡Soltádle!- Elevó la voz y cuando me soltaron me vi obligado a caer de rodillas por el fuerte dolor en el estómago. Retomé el aire y escupí sangre en el suelo de cemento. Cogí fuerzas de no se donde para levantarme.
-Eres un maldito cobarde.- Mi mano fue dirigiéndose a mi cadera, por debajo de mi camiseta blanca.-Pero voy a decirte algo, amigo.- Sonreí cuando el también lo hizo y me aproximé a él. -No me iré de aquí sin ella.- Susurré y pasé la navaja por su brazo rápidamente. Soltó un fuerte gemido presionandose la raja por encima de su camisa blanca ya traspasada por la sangre.
Me giré justo cuando los dos tipos se aproximaban a mi, recibí un puñetazo en el pómulo pero me recompuse lo más rápido posible para proporcionar varias patadas a sus jodidas pollas, pero los cabrones tardaban en recomponerse décimas de segundo. No sé cómo lo hice pero entre tantos golpes a uno de ellos se tuvieron que ayudar mutuamente y en esas me acerqué a Kim para cogerla entre mis brazos al estilo nupcial.
Salí golpeando la puerta con mi pierna y la subí rápidamente a los asientos traseros de mi Audi, vi como su respiración comenzaba a agitarse y maldecí mientras subía arrancando el coche. Di un acelerón conduciendo rápidamente hacia mi casa, el almacén no sería precisamente lo recomendable para llevarla, ya que el efecto de la droga podría ser peor.
-Te quiero joder.- Esbocé a pesar de que corría el riesgo de que me estuviera escuchando, no me importaba.
_____________Hola cielotes, mil gracias por como estáis acogiendo esta novela, veo que os gusta el Harry grey y me encantaría ver vuestras caras en los siguientes capítulos, ya que son los decisivos.
Votad y comentad mucho y por favor, decidme si queréis segunda temporada. Besos y gracias xx

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beautiful mistake. » h.s
Fanfiction-Quiero escuchar mi nombre en tus gemidos, nena. +Joder, te odio. Te odio y te amo maldita sea.