1.

1.3K 57 2
                                    

Era una noche oscura y una gran luna llena alumbraba el cielo.

Mis amigas y yo fuimos a cenar y seguidamente, nos dirigimos a la discoteca más famosa de la ciudad a las afueras.

-Seguro que estará petado de gente...- Suspiró Bonnie.

-Pero eso es lo gracioso, ¿No?- Rió Candy. Ellas sabían que yo casi nunca realizaba salidas nocturnas ya que mi tío salía constantemente de viajes de negocios y prefería quedarme en casa leyendo o escuchando música y por eso intentaban animarme, la razón por la que fuimos a aquella discoteca en contra de mi voluntad.

Pedimos tres piñas coladas a pesar de que ellas sabían que yo no bebía.

-Será una solamente, no pasará nada- Dijeron, pero no fueron ni una, ni dos... Fueron tres. Debido al efecto del alcohol, me perdí entre la multitud, la música retumbaba fuertemente en mis oídos y eso me producía dolor de cabeza y mareos. Noté como algunas miradas se posaban sobre mí mientras me dirigía tambaleando hacia la puerta trasera y salí respirando el poco aire que había en aquel callejón únicamente iluminado por la luna y alguna que otra farola tambaleante.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando escuché unos pasos y sollozos detrás de mí, me giré temerosa y una chica, una chica con el vestido roto y una manga del mismo bajando por su hombro, iba descalza, tambaleándose y con todo el rímel corrido por sus mejillas. Lo recuerdo como si fuera ayer.

-¿Q-qué te ha pasado?- Tartamudeé, aunque creo que sobraban las palabras, todo estaba muy claro, acababa de ser violada.

-Ve-vete de aquí.- Empalideció y yo negué con la cabeza.

-No me iré, ¿quién es el cabrón que te ha echo esto?- Me acerqué a ella y empezó a llorar aún más.

-S-son peligrosos, no-no vayas.- Miró hacia atrás, una parte del callejón que daba a una carretera más bien desierta, debería de haber sido en una choza o algo parecido. Dejé a la chica apoyada en la pared, respiré profundo y me dirigí hacia el supuesto lugar de la violación. Efectivamente, una vieja choza, pero no solo se escuchaba un chico, varias voces masculinas riendo y también había algunas femeninas. Cuando vi aquel panorama, decidí dar la vuelta... No estaba segura de lo que pudiera pasar si yo entraba ahí.

Me giré e impacté con un cuerpo alto y robusto que me agarró de la cintura. Su ojos verdes profundos se clavaron automáticamente en los míos un poco más claros y si no fuera porque sujetaba mi cintura, hubiera tambaleado por tal influencia.

-Qué haces aquí.- Una voz grave y una mano grande bajando hasta mis glúteos hizo que mi vello empezara a ponerse de punta y que un escalofrío recorriera mi cuerpo. De mi boca no salía ni una sola palabra, tenía miedo... Esa figura alta y musculosa provocaba una sensación de superioridad y dominación en mí. Me cogió del brazo y prácticamente me arrastró a aquella choza, justamente al lugar al que yo me negaba a entrar, perfecto.

-Tenemos una intrusa.- Entró conmigo cogida del brazo y todos se callaron. Botellas vacías y restos de droga de todo tipo esparcida por la choza, chicas disfrutando con alguno de los chicos que se encontraban allí... Había de todo, yo ahí era una chica inocente y tímida, y algo me dijo que eso es lo que a ellos le gustaba.

-Que preciosidad...- Esbozó un tipo que se acercó a mí mirándome de arriba a abajo y cogiéndome mi cara para que le mirara.-Perfecta - Ese chico era de la misma altura que el que me tenía cogida del brazo y un poco menos musculoso. Este me volvió a cojer del brazo y me acercó a su cara, a lo que todos silbaron.-Eres tímida, ¿no es así?- Su apestoso aliento impactó contra mi cara, apoyé mis manos en su pecho para apartarme pero era inútil, era el doble de fuerte que yo...-¿Qué vas a hacer con ella Harry? ¿Nos la dejas a nosotros?- Su boca se aproximó a mis labios, aparté la cara pero me la agarró, a mi sorpresa, cuando iba a darme el beso, el supuesto Harry tiró de mi brazo dolorido hacia él.

-No la toques, no la toquéis, esta vez seré yo el que maneje.- Sus palabras hicieron temblar mi cuerpo, se creían que yo era un simple juguete, un trapo de usar y tirar.

-Harry no seas egoísta, yo también quiero parte de esta belleza.- El mismo tipo de antes se volvió a acercar y Harry le dió un empujón.

-He dicho que no, no te acerques idiota.- Mi corazón latía rápidamente mientras intentaba soltarme de la gran mano que agarraba mi brazo. Me volvió a arrastrar hacia fuera de aquella choza y por mi subconsciente sólo rondaba la idea de qué podría hacer conmigo.

beautiful mistake. » h.s Donde viven las historias. Descúbrelo ahora