beautiful mistake. » h.s

2.

El tal Harry, se acercaba cada vez más a mí, notaba su respiración pesada cada vez más cerca, me ponía aún más nerviosa.

-Su-suéltame.- Logré soltar mi brazo que estaba en un color rojizo.

-Que hacías aquí.- Su voz ronca y seca hacía que mis piernas temblaran.

-Ha-habéis violado a una chica, sois unos monstruos.- Logré decir al fin y me volvió a agarrar del brazo.

-Eso no es asunto tuyo, ¿te llamas?- Una sonrisa picarona se formó en su cara al ver mi cara de dolor y temor en aquel momento en el que su boca se acercó a mi mejilla y mis ojos se apretaban fuertemente.

-K-Kim...- Esbocé y entonces, sentí unos labios carnosos posados en mi mejilla, y chupándola delicadamente. Mis manos se apoyaron en su pecho intentando separarse hasta que mi mano voló a su cara e hizo que su cabeza girara. En ese momento, me solté y salí a correr como pude. Mis piernas se movían rápidamente y mi corazón amenazaba con salir. Volví a adentrarme en aquel callejón y me apoyé en la pared mientras mi pecho se iba calmando. Joder, en qué maldita hora me dirigí yo hacia allí. Recordé su lengua rozando mi mejilla y un escalofrío recorrió mi cuerpo e hizo que me limpiase aquel lado.

-Kim, ¿qué haces aquí?- Bonnie se asomó a la puerta trasera y yo me abracé a ella.-Estábamos preocupadas...-

-Y yo estaba asustada...- Me miró con cara rara.- Y aún lo estoy...-Añadí.

-¿Qué te ha pasado?

-No preguntes, quiero irme a casa, por favor...- Le supliqué.

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-Mañana tendrás que darnos muchas explicaciones sobre que te ha ocurrido esta noche.- Soltó Candy mientras yo abría la puerta del coche.

-Mañana hablamos, adiós.- Salí mientras andaba rápidamente por el camino rocoso que llevaba a la puerta de mi casa, miré hacia la derecha y seguidamente hacia la izquierda, donde juro que ví a aquel chico alto de pelo rizado y oscuro y sus ojos verdes penetrantes apoyado en un coche negro con los brazos cruzados, un escalofrío volvió a recorrer mi cuerpo y entré rápidamente cerrando así la puerta y encendiendo la luz, creí que esas escenas nunca las olvidaría y efectivamente, miradme.

Me dirigí hacia mi habitación, dejé mi móvil y las llaves sobre la cómoda y me asomé a la ventana apartando un poco la cortina y asomando solo una parte de mi cara. Efectivamente, no estaba loca ni obsesionada... Aquel coche negro estaba ahí, pero él... No, el no estaba, el coche estaba aparcado en la misma acera, entrecerré mis ojos pero no logré averiguar si había alguien dentro o estaba vacío, eché la cortina y empecé a desnudarme para ponerme el pijama con el que dormía.

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Aquella mañana, el sol resplandecía y se adentraba por mi ventana haciendo que mis ojos no pudieran abrirse. Me incorporé apartándome de los rayos del sol y me levanté de la cama recordando que tenía que ir al trabajo, sí, era lunes... 

Bajé a la sala y justo entonces, me sonó el móvil y tuve que volver a subir.

"¿Diga?"- Pero nadie contestaba, entonces me fijé que llamaban en número privado.-"Oye contesta, no estoy para bromas ahora."- Se escuchaba una respiración profunda al otro lado, pero era irreconocible así que colgué.

Miré el reloj que se encontraba colgado en la pared blanca de mi cuarto, las diez y media, ya iba tarde por lo que me vestí rápidamente colocándome una blusa celeste y unos vaqueros rotos y cortos acompañados por unas convers, me recogí el pelo en una trenza y salí, sin desayunar.