beautiful mistake. » h.s

14.

-Listos.- Cargaron las armas, Justin respiró profundo y Michael le imitó.

-A mi señal.- Esbocé y crucé al contenedor de enfrente, efectivamente, el cargamento había llegado, el puerto estaba algo solitario y nosotros íbamos a saquearlo, el cargamento de Simon. La tarde iba cayendo y el cargamento iba aproximándose a puerto. Hice una señal con mis dedos y el tiroteo comenzó.

Ellos no eran tontos, sus revolvers estaban cargados y listos para soltar la bala, eran unos cinco. Una bomba de humo calló a mis pies.

-Mierda.- Escupí y le di una leve patada, tarde, el humo comenzó a propagarse a mi alrededor. Tapé mi nariz con el borde de la camiseta y disparé al frente un par de veces. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, ya que el contenido de aquella bomba no era humo a secas, llevaba algún tipo de sustancia que en ese momento me era imposible averiguar.

Enterré mi cabeza entre mis rodillas y contuve el aire unos segundos hasta que el humo empezó a disiparse. Me colé como pude entre muchos contenedores de carga y conseguí varias armas y artículos que nos vendrían realmente bien, corrí de nuevo fuera de aquella humareda más débil y entré al coche.

¿Dónde narices estaban Justin, Allan y Michael? Mi móvil comenzó a vibrar.

"Michael."

"Harry, sal de ahí." Su respiración se entrecortaba agitadamente.

"¿Dónde estáis vosotros?"

"De camino al almacén, ¡Sal!" En ese mismo momento, un disparo fue introducido por el cristal trasero rozándome la cara haciendo que, en mi pómulo, se formara una raja que apresuré a apretarme con mi mano.

-Cabrones.- Arranqué y aceleré mientras varios disparos seguían filtrandose por mis oídos, por suerte ninguno más me había rozado.

Por un momento Kim me vino a la mente, esa misma tarde había quedado en recogerla. Me recordé para mis adentros con mi mirada clavada a la carretera, mis dedos se contenían apretados al volante y la sangre que derramaba la raja proveniente de mi pómulo corría apresuradamente por mi cara.

Narra Kim.

Diez minutos, veinte, treinta... El reloj corría sin más y Harry no llegaba. Mis manos comenzaron a helarse ya que, para que pudiera recogerme, tuve que alejarme de mi casa, mi tío se encontraba en ella y sería peligroso para él y para mí. Llegué a preguntarme si le habría ocurrido algo, y me dí una bofetada mental por estar preocupándome por su salud.

No olvidemos que no estaba sola, Max, el guardaespaldas que me asignó mi tío se encontraba a varios metros de mí. Y sí, acabamos siendo "amigos", intenté sobornarle pero me fue inútil, al menos acabé por saberme su nombre... Ahora temía por su vida, es decir, si Harry viene y Max se empeña en no dejarme ir con él, con sólo apretar el gatillo... Negué como si los malos pensamientos se fueran a evaporar de mi mente.

-Max.- Llamé su atención y lo miré, de forma que se acercó. -Podrías tomarte la noche libre hoy, yo te doy permiso.

-Pero yo no sigo sus órdenes.- Era la tercera vez que me decía eso.

-Ya lo sé.- Alargué la frase.-Pero soy la sobrina de tu jefe, ¿Qué más da? Mira, si me pasa algo, prometo no decir nada o simplemente te daré el suficiente dinero como para que huyas, pero por favor.. Sólo esta noche..." Hice un puchero y él miró hacia arriba.

-No puedo arriesgarme.

-Por favor...- Mi mirada se mantuvo clavada en él hasta que largó un gran suspiro.

-Cuidado.- Me advirtió con el dedo índice antes de desaparecer con un acelerón. Sonreí victoriosa, una muerte menos.

(...)