Y sí, cuando quise percatarme ya me encontraba fuera de su casa, en un taxi dirigiéndome a la mía que, como siempre se encontraría como deshabitada.
Mi móvil sonó como si no hubiera mañana, no se como aún podía conservarlo después de todo.
"¿Diga?" Dije casi en un hilo de voz, mirando fijamente por la ventanilla con gotitas, efectivamente, llovía.
"¡Kim! ¿Dónde estás?" Aumentó su tono de voz notablemente haciendo que, por instinto, me alejara el móvil de mi tímpano y frunciera el ceño.
"Voy para casa, hablamos ahora." Esbocé con frialdad observando a la gente que caminaba tranquilamente bajo los paraguas como si nada. Colgó.
[...]
Cerré la puerta tras de mí con cautela y me apoyé en ella. Su silla blanca fue rotando lentamente mientras entre sus labios secos y agrietados sostenía un puro caro encendido.
-¿Y bien?- Esbozó clavando sus ojos verdes en mí.
-Bonnie me invitó a pasar la noche.- Dirigí mi mirada al techo y el soltó una leve carcajada.
-Ajám.- Asintió con ironía. -¿Me ves cara de Harry Styles?- Bromeó e hizo que lo mirara.-Exacto, cara de idiota.- Expulsó el humo procedente de sus labios.
-Es la verdad.- Jugué con mis dedos a la altura de mi regazo.- Si no quieres creerlo simplemente no lo creas.- Encogí mis hombros y apoyé una mano en el pomo de la puerta.
-Recuerda que huelo las mentiras como el dulce olor de las galletas en el horno, yo que tú diría la verdad, Kim.- Sonrió lobunamente, ahora que me percataba... Su sonrisa se parecía muy notablemente a la de Harry... ¡No,no,no! Me estaba obsesionando, y es lo que menos quería. Tragué saliva, que creo que se escuchó por todo el despacho.
-Es la verdad.- Salí dando un leve portazo y respiré profundo.
¿Y si me iba? Es decir, ¿Podría irme de casa? Tengo 19 años, una bonita edad para comprarte un ático y vivir independientemente, que nadie te pidiera explicaciones y que nadie te intimidara como lo hacía él. Porque en verdad, es como si viviera sola, ya que nunca está en casa. Vivo con 4 guardaespaldas.
Bajé rápido las escaleras intentando que los pies no se enredasen y una vez abajo comencé a buscar en el cajón, apartada de los guardaespaldas. ¡Ahí! Cogí el sobre y me propuse a abrirlo.
-Señorita, ¿Qué hace?- Me paré en seco y me giré cerrando el cajón con mi trasero, otra oportunidad desperdiciada.
-Nada, buscaba... Las llaves de casa, voy a salir.- Mentí y pasé por su lado para volver a subir las escaleras hacia mi habitación.
-Su tío me dió órdenes precisas de acompañarla.- Cruzó sus brazos y yo lo miré frunciendo el ceño.
-¿Qué? No, no necesito a un guardaespaldas para estar bien.- Reí nerviosamente y el negó.
-Son órdenes,señorita.
-Kim.- Subí los peldaños que me quedaban y entré a mi cuarto para dar un portazo. ¿Qué significaba esto? ¿Qué tiene entre manos? ¿Por qué tiene que asignarme un guardaespaldas? Ahora si, quería irme de allí y perderme.
[...]
La ducha fue rápida, me sentía más sucia, sentía que ya no valía nada, no me apreciaba a mi misma. No me preocupaba nada, sólo me cansé de ser la niña buena, me cansé de pedir perdón y me cansé de ser una niña mimada. Los 19 años ya relucían.
Cuando me quise dar cuenta ya tenía colocados los jeans ajustados, el jersey gris largo y las vans negras. Cepillé mi cabello mirándome fijamente al espejo y viendo mis muchos moratones en la cara, moratones que conseguí disimular con un poco de maquillaje.
Me encontraba frente a la puerta de su despacho, pensaba entrar y aclararle las cosas cuando escuché que conversaba con alguien. Apegué mi oreja a la puerta.
-Ajám, ¿Y para cuándo?-
-Lo quiero ya, quiero su cabeza.- Escuché un golpe que hizo que diera un saltito ¿La cabeza de quién?
-Si hace falta atacaremos, ¿Me escuchas? No voy a permitir que ese cabrón vuelva a entrometerse en nada.- Sí, creo que hablaba de Harry. Y se hizo el silencio, me alejé de la puerta apoyándome en la pared y mirando fijamente a la puerta blanca.
-Señorita, ¿Va a salir?- El armario vestido de negro me interrumpió.
-¿Cuánto te paga por estar aquí?- Esbocé dirigiendo mi mirada a él. Estaba muy enojada.
-Eso no me permiten decirlo.
-No te permite decirlo.- Corregí cruzando mis brazos.-¿No tienes familia?
-No señorita, nací para esto.
-¿Y en qué consiste tu vida? ¡Oh, si! Tu vida consiste en estar pegado a un tío que maneja tu vida.- Pasé por su lado apretando mis puños y bajé las escaleras aproximándome a la puerta, cuando iba a cerrar un pie se interpuso en medio.
-Recuerde que tengo que acompañarla.- Ese hombretón acabaría por convertirse en mi mejor amigo.
-Si, acompañarme a pasear por el parque, como si fuera una presa fugada de la cárcel.- Reí sarcásticamente y comencé a caminar tranquilamente con él cubriendo mi espalda.
Mi móvil sonó, busqué rápidamente en mi bolso y logré cogerlo.
"¿Si?"
"Te veo." Su inconfundible voz, otra vez. Esa frase inquietante que hizo que mirara a todos sitios.
"Qué quieres."
"Tu tío sabe cómo jugar, ¿eh?" Rió.
"Tu también sabes como hacerlo." Noté al guardaespaldas más apegado a mi y fruncí el ceño apartándome.
"Vaya, ¿Dónde dejaste a la Kim tontita de siempre?"
"Esa ya no existe." Era como si todo lo vivido me hubiera hecho abrir los ojos, y en concreto, hubiera absorvido mis sentimientos, todos. Me mordí la lengua. No, no era así, por desgracia.
"Quiero verte, esta tarde."
"¿Quién ha dicho que yo quiera? Mira detrás de mí."
"¿Y? No creo que dure mucho, te llamaré." Colgó. ¿Eso significaba que iba a matarlo?
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Gracias por haber leído este capítulo y gracias otra vez por las miles de visitas, se que mucha gente ha estado esperando este capítulo y bueno, llevo días en los que la inspiración no llega y hoy he aprovechado xd
Me encantaría que votárais, comentárais y recomendárais la novela si os gusta, puesto que me haríais un gran favor y me haria mucha ilusión *-*
BESOS XX

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beautiful mistake. » h.s
Fanfiction-Quiero escuchar mi nombre en tus gemidos, nena. +Joder, te odio. Te odio y te amo maldita sea.