21 - Bebé

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Había llegado el momento.


El grito ahogado de dolor que le arrancó la segunda contracción llegó a los tres minutos de la anterior y Luisita alargó la mano hacia Amelia, que se despertó de inmediato.


— Ahhh, Amelia... despiértate!


— ¿Qué pasa?


— El bebé!


— Pero... ¿Ya? — exclamó, echando un vistazo al reloj de la mesilla de noche.


Si las miradas mataran, la morena habría caído muerta al instante.


— No creo que al bebé le importe la hora que sea, Amelia — siseó, con los dientes apretados.


— ¿Cada cuánto son? — quiso saber al tiempo que se vestía a toda velocidad. Al ponerse los zapatos se tropezó y se fue de bruces al suelo . ¡Joder!


Luisita puso los ojos en blanco. 


— Amelia, lo último que necesito ahora es tener que llevarte a urgencias.


Dejó escapar un suspiro cuando el dolor de la contracción disminuyó. La morena se levantó y se subió la cremallera del jean's antes de encender la luz. Entonces tomó el teléfono y llamó a Miguel.


— Miguel... ya viene. Sí, sí, ahora. Vale... llama a mi abuela también... Vale, gracias. — Colgó el teléfono sin más —. Miguel y Álvaro estarán aquí en diez minutos.


Ayer estuvimos planeando la ruta que debían seguir. Como un simulacro.


La rubia intentó burlarse de los preparativos de Amelia, pero la siguiente contracción transformó su sonrisa en una mueca de dolor.


Amelia la miró, corrió a su lado y se arrodilló.


— Cariño, inspira hondo por la nariz y se espira todo el aire por la boca, no muy rápido, voy a llamar a la doctora, vale? — Dejó un beso en la mejilla de la rubia que asintió y seguió haciendo los ejercícios.


La morena marcó el número. — Doctora Julia... Soy Amelia, sí, sí, sí... Es la hora... Tres minutos... Sí, sí, sí, sí. De acuerdo — dijo, y respiró hondo, como al parecer le había recomendado.


Luisita gritó.


— Salimos en cinco minutos — informó a la doctora.


— ¡Amor! — llamó Luisita, estirando la mano y inspirando profundo.


La morena se agachó a su lado de nuevo y le cogió la mano. 


— Inspira hondo, muy bien cariño, vamos a vestirte.

Luimelia Vientos Celestiales - IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora